Presidente y vicepresidenta se unieron ayer para seguir la tradición y cortar al plato el archiconocido cochinillo asado de Cándido. Era la primera vez que José Luis Rodríguez Zapatero lo hacía.Al calor de los fogones de Cándido se sacudieron los barones socialistas el frío segoviano, que habían acumulado durante el breve paseo a pie que les condujo del Torreón de Lozoya, en el que se celebró la reunión, hasta la base del Acueducto, donde se sitúa el restaurante. Zapatero se mofó de las quejas de los periodistas por el frío y les recordó su condición de leonés, tierra de nevadas. El último en abandonar el local fue Zapatero, que se entretuvo a charlar con una familia de turistas argentinos.