Encaje de bolillos para que el gobierno municipal no salte por los aires. Al pleno extraordinario previsto este jueves en Barcelona, a las 9.00, se le suma ahora un segundo pleno extraordinario que empezará en cuanto acabe el primero. El motivo, el hecho de que en el primer pleno se debatirá una propuesta de rechazo a la posible aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno central que el PSC, por su contenido, no está dispuesto a apoyar. Eso dejaría a los socialistas barceloneses fuera del frente municipal contra la intervención de la Administración catalana, un frente en el que estarán los que voten a favor de la iniciativa que, salvo sorpresa, serán Barcelona en Comú, el grupo Demòcrata (el PDEcat en el consistorio), ERC y la CUP.

Difícilmente podría la alcaldesa, Ada Colau, explicar que sigue gobernando con un partido que no rechaza el 155. Pero eso se solucionará en seguida. El segundo pleno extraordinario se destinará a debatir otra propuesta, está pactada por Barcelona en Comú y el PSC, que también se posiciona contra el 155, a la par que rechaza la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, proclame una declaración unilateral de independencia.

El segundo pleno ha sido anunciado este miércoles por la teniente de alcalde Laia Ortiz y la concejala del PSC Carmen Andrés. Ortiz ha subrayado que lo que se logra es que “una amplísima mayoría” de 33 de los 41 concejales del plenario vote en contra del artículo 155. “No ha podido ser en una sola votación”, ha dicho Ortiz, que ha afirmado que lo relevante no es salvar nada sino formar una amplia mayoría contra la intervención de las instituciones catalanas.

La teniente de alcalde se ha esforzado mucho en insistir que el asunto es lograr la máxima unidad, y ha apelado a la "pluralidad" de Barcelona y del propio ayuntamiento, pero resulta evidente que la solución es también una forma de mantener el acuerdo de gobierno con los socialistas.

Equilibrios

De esta forma, Colau, que ha logrado llegar hasta este punto manteniendo una posición intermedia, con equilibrios que parecían imposibles, afrontará la jornada con cierta comodidad. Ella, que hace semanas que abogó por el rechazo al 155 pero también a la DUI, votará primero contra el artículo y después contra el artículo y la declaración. Y podrá decir que su socio de gobierno también ha rechazado la intervención estatal de la Administración catalana.