Iñigo Urkullu es, posiblemente, el político español con mayor capacidad intuitiva. O el mejor informado. Tras señalar, tanto él como el líder del PNV, Andoni Ortuzar, en el reciente Aberri Eguna, que, por una cuestión de «principios» no iba a haber pacto de Presupuestos con Mariano Rajoy mientras el artículo 155 estuviera en vigor, el lendakari apuntó el lunes que su fuerza se sentía «libre para negociar». ¿Acaso intuyó el nacionalista vasco que, 24 horas después, el Tribunal Constitucional no pondría freno a la delegación de voto de Carles Puigdemont y Toni Comín, imprescindible para sacar adelante una investidura efectiva y, así, acabar con el 155?

Y es que el TC hizo lo propio con el recurso de amparo presentado por Ciudadanos contra los acuerdos de la Mesa por los que se admitió la delegación de voto del expresidente y el exconsejero. Pero más que por la decisión en sí, porque rechaza anular su concesión sin oír a las partes, como solicitaba la formación naranja. Lo hace al no apreciar las razones de urgencia alegadas por el partido de Albert Rivera. Eso así, acuerda abrir una pieza separada, en la que concede tres días al fiscal y al recurrente para que justifiquen la necesidad o no de esa medida. Transcurrido ese plazo, el alto tribunal podría impedir el voto delegado. Eso podría ser aún antes del 22 de mayo, día en que finaliza el plazo de la investidura. Pero difícilmente antes del día 14, fecha en la que JxCat planea investir al president efectivo.

El independentismo está, ahora mismo, a expensas de otra resolución del TC, la que suspenda la ley de presidencia que posibilita la investidura a distancia, para acometer de inmediato la investidura del plan d. Sí, de inmediato. De sopetón, al entorno de Puigdemont le han entrado las prisas. Las causas son varias. Fuentes del secesionismo apuntan a que la seguridad sobre que unas nuevas elecciones fueran beneficiosas para JxCat ha diminuido. Y sobre todo, queda la comparecencia de Comín el próximo día 16 ante la justicia belga.

La delegación de voto del exconseller se fundamenta en que la justicia belga le ha impuesto la prohibición de salir del país en tanto no se resuelva la euroorden que pesa sobre él. Si los tribunales belgas decidieran levantar dichas medidas, decaería el motivo por el que puede delegar el voto. Así las cosas, el lunes 14 es el día que podría dar inicio la sesión de investidura, con una segunda votación el 16. La coincidencia de las fechas con la comparecencia de Comín podría haber provocado que JxCat pida a ERC que convoque para el sábado 12, con segunda votación el 14. Fuentes de ERC recordaron que quien convoca «es el presidente del Parlament», Roger Torrent, «y no TV3», en referencia al medio que difundió la posible fecha del sábado.

Y a todo esto, ¿quién será el investido? La lista corta, que dicen los anglosajones, está compuesta de cinco nombres. La gran favorita, Elsa Artadi, y otros cuatro menos conocidos, lo que precisamente podría decantar la balanza hacia la jefa de campaña de JxCat. Esos cuatro son el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, los también diputados Quim Torra y Miquel Buch y el vicepresidente del Parlament, Josep Costa.