El que fuera contable del Instituto Nóos Marco Antonio Tejeiro ha alcanzado un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción, el primero que se produce en el marco del 'caso Nóos', por el que ha confesado que Aizoon, propiedad al 50% de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, tenía como finalidad desviar a su favor los fondos que de forma ilícita percibió el Instituto Nóos de las administraciones públicas. La confesión ha quedado plasmada en un escrito que este jueves ha entregado el fiscal Pedro Horrach al juez José Castro en el marco de una reunión que han mantenido durante 20 minutos.

Marco Antonio Tejeiro, cuñado del exsocio de Urdangarin Diego Torres, que formaba parte del equipo de asesores económicos y fiscales de la trama, ha admitido que los convenios del Instituto Nóos tenían presupuestos hinchados, superiores al coste real. También ha reconocido que el instituto desviaba fondos a las sociedades mercantiles de la trama, que se hacían facturas falsas y que se cruzaban facturas entre ellas.

En su escrito de autoinculpación, Tejeiro asegura que las órdenes las daban Urdangarin y Torres y que él era un mero "brazo ejecutor". Con este reconocimiento, el contable, imputado en el caso, buscar rebajar la posible pena en el juicio.

Tejeiro revela cómo Aizoon carecía de infraestructura personal y de medios para acometer su actividad social, y asegura no constarle que la sociedad tuviera empleados con dedicación exclusiva. El imputado ha relatado también cómo el giro de facturas falsas entre las empresas del entramado por el que Urdangarin y Torres se habrían apoderado de hasta 5,9 millones de euros de fondos públicos, era una práctica habitual dentro del conglomerado y, en el caso de Aizoon, subraya que las facturas libradas por ésta contra el Instituto Nóos y Nóos Consultoría Estratégica constituían una vía para que el dinero de origen presuntamente ilícito acabara en las cuentas de la sociedad de los duques de Palma.

Control absoluto de Urdangarin y Torres

En su escrito, Tejeiro, hermano de la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, subraya cómo las empresas que conformaban el entramado -Instituto Nóos, Nóos Consultoría Estratégica, Intuit, Shiriaimasu y Aizoon- eran entidades vinculadas entre ellas que operaban realmente en el mercado como si fueran una sola, todo ello bajo la dirección de Urdangarin y Torres, quienes ostentaban el control absoluto del grupo.

Es más, confiesa que la actividad principal del conglomerado se centró principalmente en lograr la adjudicación para organizar las tres ediciones del denominado Valencia Summit y las dos del Illes Balears Forum, cuyo coste real, afirma, fue notablemente inferior a los fondos que el Instituto Nóos percibió de la Comunidad de Valencia y de Baleares. En total, la entidad cobró por organizar estos eventos 5,9 millones de euros, a pesar de que su verdadero coste fue de 1,6 millones, según datos de la Agencia Tributaria.