María Dolores de Cospedal ha anunciado este miércoles por la tarde en su cuenta de Twitter que deja su escaño en el Congreso de los Diputados para "liberar" al PP de "cualquier ataque". Las grabaciones hechas por el excomisario José Manuel Villarejo, ahora en la cárcel, de una reunión que mantuvo con ella en el despacho de Génova en julio de 2009, cuando era secretaria general, han acabado por torcer el brazo de esta política de largos y altos vuelos.

Cospedal defiende su actuación en aquellas fechas y asegura que tiene la conciencia tranquila por lo que hizo. "Escuchar y pedir aclaraciones en mi papel de secretaria general, a quien acudió a mí para ofrecerme información que podía ser de interés capital para esclarecer comportamientos sospechosos que después la justicia calificaría como delictivos", sostiene. "Mi obligación era tratar de saber qué estaba ocurriendo", insiste.

En su despedida, Cospedal recuerdo los "más de 20 años" que ha dedicado a "servir" a España a través del PP y subraya su "actitud" ante los casos de corrupción que "dañaron innegablemente" a su partido. Eso, afirma, le hizo "merecedora de la autoridad para defender el honor" de otros compañeros que fueron "objeto de injusticias, sospechas y vapuleos" por el hecho de formar parte del PP. "Las distintas varas de medir conforman una práctica común en la política española y la cobertura de ciertos asuntos en relación al PP y a quienes formamos parte de él ha llegado en ocasiones hasta el ensañamiento", se lamenta.