La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hizo ayer autocrítica y reconoció que el PP en algún caso «tardó en reaccionar» a la hora de apartar del partido y de sus cargos públicos a los implicados en corrupción. El mismo día en que se conocía la primera sentencia sobre la trama Gürtel, que condenó a sus principales cabecillas, la también ministra de Defensa, en su discurso más importante en el Congreso del PP, que empezó en la tarde de ayer y a la espera de que se conozca si Mariano Rajoy la ratifica como su mano derecha en el partido, admitió que los escándalos de corrupción han afectado «de lleno» al partido. Pese a ello, admitió, el PP no siempre fue lo «ágil» que la sociedad demandaba, porque a sus dirigentes les parecía «imposible» lo que les estaba «pasando».

Por eso, recordó, los conservadores admitieron «errores, pidieron perdón» e hicieron «propósito de enmienda». En este contexto, el Gobierno aprobó «la mayor batería de medidas» anticorrupción de la democracia, muchas de ellas «inspiradas desde el PP» y «nadie que está envuelto en este tipo de casos» sigue en las filas de la formación.

Aún así, recordó también una de las señas de identidad de Rajoy: la defensa de la presunción de inocencia. Cospedal reivindicóo la necesidad de que el PP sea «ecuánime» y que no permita que «los de la tribu», en referencia a Podemos, usen la corrupción «para dañar la vida pública» y poner en duda «todo el sistema». Y puso en valor la «ejemplaridad» de los miles de cargos conservadores.

La ponencia sobre los estatutos echó a andar ayer mismo y en ella se votó una enmienda sobre la acumulación de cargos. Cospedal es secretaria general, ministra de Defensa y presidenta del partido en Castilla-La Mancha, una situación que no gusta a buena parte del partido y así quedó patente ayer. La enmienda no salió adelante por un estrecho margen de 25 votos. Según fuentes del PP, la propuesta de que una persona no pueda concentrar tantas responsabilidades fue apoyada por 303 personas frente a 328 que se manifestaron en contra y otras 8 que se abstuvieron.

LAS CRÍTICAS A PODEMOS / Podemos estuvo muy presente en el arranque del congreso conservador, en el que apenas hay disputas y se prevé que Rajoy sea aclamado por inmensa mayoría, Unos con mayor contundencia y otros de forma más sibilina, casi todos los dirigentes populares que intervinieron aprovecharon que Podemos celebra también este fin de semana su traumática asamblea para confrontar su «unidad» interna con los «codazos» que sufre la formación morada.

Cospedal destacó por ejemplo que los populares están cohesionados porque para ellos el «proyecto es más importante que los nombres propios o los personalismos». A renglón seguido, la también ministra de Defensa criticó a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, a los que calificó de los «pimpinela de Vistalegre», pero también a Ciudadanos, por su «ideología cambiante» y al PSOE, por estar dispuesto a hacer coaliciones para desalojar al PP del poder «“a costa de lo que fuera»; pese a que Rajoy necesita a ambos partidos para gobernar.

Pero el duro sin duda fue Rafael Hernando. El portavoz parlamentario, fiel a su estilo áspero, señaló gráficamente que a los podemistas solo les interesa «ocupar el poder» y hoy andan «en una plaza de toros a botellazo limpio y dispuestos a sacrificar a un niño», en alusión a Errejón.