Apagadas las luces del 15º congreso nacional del PP, Mariano Rajoy afronta su primer gran desafío como presidente del partido: resolver los conflictos regionales de la organización. Los congresos regionales y provinciales, que se celebrarán en los próximos tres meses, permitirán calibrar el don de mando y el grado de independencia del nuevo timonel, que ayer afirmó "compaginar" las posiciones de su antecesor, José María Aznar, y el alcalde de Madrid, el crítico Alberto Ruiz-Gallardón.

El nuevo comité de dirección del PP, en su primera reunión bajo presidencia de Rajoy, hizo ayer un balance triunfal del congreso y repasó el nuevo escenario, incluidos los congresos venideros. Rajoy puso énfasis en la necesidad de una mayor coordinación. Asistieron Carlos Aragonés y José María Michavila, que no forman parte de la dirección.

FOCOS DE TENSION Los principales focos de tensión regionales están en Galicia, Extremadura, Madrid, Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía. Rajoy empezó a mover los hilos regionales durante el congreso. La inclusión en la nueva ejecutiva de los dos vicepresidentes de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo y Xosé Manuel Barreiro, fue un apoyo explícito a Manuel Fraga frente al desafío que le ha lanzado el líder popular de Orense, José Luis Baltar. Por si quedaran dudas, Rajoy emplazó ayer a Baltar a "cumplir las reglas del juego".

Rajoy también ha tomado partido en el caso de Extremadura al incorporar en la ejecutiva y en la dirección nacional a Cristina Teniente y Teresa Angulo, respectivamente. Ambas son personas de confianza del presidente regional, Carlos Floriano, a quien el exdelegado del Gobierno Oscar Baselga presentará una candidatura alternativa.

En Madrid se presagia un duelo de titanes. La presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, aspira a liderar el partido en contra de la voluntad de Ruiz-Gallardón.

En Valencia, los partidarios del presidente Francisco Camps y los de su antecesor, Eduardo Zaplana, mantienen un largo enfrentamiento. La crisis se cerró en falso en agosto, cuando ambos pactaron la remodelación del Ejecutivo autonómico bajo supervisión de Rajoy. En Andalucía, Javier Arenas intenta tomar las riendas con una fuerte contestación en Almería y Córdoba. Rajoy le dio un espaldarazo a Arenas en el congreso del PP, al nombrarlo presidente del comité electoral. Mientras, los detractores de Josep Piqué en el PP catalán vieron en el congreso de Madrid un signo de que exministro ya no tiene el apoyo incondicional de la dirección, lo que puede animarles a plantarle cara.