Las incertidumbres sobre el liderazgo del PSOE, que no se dilucidarán hasta finales de julio, han dejado en punto muerto la principal iniciativa del partido en este tumultuoso final del curso parlamentario: la propuesta de reforma federal de la Constitución para hacer frente a la deriva independentista en Cataluña. Pactada con todos los barones socialistas hace algo menos de un año, la proposición, que plantea blindar las competencias autonómicas, cambiar el Senado y reconocer los hechos diferenciales, se iba a registrar en el Congreso justo después de las europeas del 25 de mayo. Pero la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba de la secretaría general del PSOE, a raíz del mal resultado en esas elecciones, ha provocado que se guarde, al menos por el momento, en un cajón.

Según fuentes de la dirección socialista, la decisión no está aún tomada, pero en principio deberá ser el sucesor de Rubalcaba, que será nombrado en el congreso extraordinario que el PSOE celebrará el fin de semana del 26 y 27 de julio, el encargado de abanderar la propuesta que se pretendía defender en las Cortes antes de que se cerrase el periodo de sesiones por las vacaciones de verano.

El calendario juega en contra del PSOE. El partido ya tenía todo preparado para registrar la iniciativa, e incluso había redactado varios escritos que concretaban lo planteado en un principio, porque, pasadas las europeas, quería intentar forzar al PP a mover ficha antes de la Diada del 11 de septiembre y de la consulta independentista, fijada para el 9 de noviembre. Un simple sí de los conservadores a estudiar la propuesta, según el PSOE, habría creado ciertas expectativas de cambio y ayudado a calmar el malestar territorial en vísperas de un otoño más que caliente. Sin embargo, si la opción que se toma es tener que esperar al relevo en el partido, la medida se aparcaría hasta septiembre, y siempre dependiendo de que el próximo secretario general la considere prioritaria.

LAS RESERVAS DE DÍAZ

Aunque ninguno se ha postulado por el momento, la andaluza Susana Díaz y el vasco Eduardo Madina son los principales favoritos para relevar a Rubalcaba en todas las quinielas. Díaz, que cuenta con el apoyo de los principales barones del partido pese a no haber aclarado si desea o no dirigir el PSOE, ha defendido la reforma federal en varias ocasiones, pero también ha dejado claro en privado sus reservas sobre un sistema de financiación que suponga un trato diferenciado de Cataluña sobre el resto de comunidades autónomas. Madina es en este aspecto una incógnita, pero su entorno señala que aboga sin reservas por la modificación de la Carta Magna.

Por su lado, el PSC espera que, sea quien sea el elegido, acate el modelo federal acordado en Granada.