El instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca (Barcelona), en el que trabajan los nueve profesores investigados por un presunto delito de odio tras haber «humillado» a varios alumnos hijos de agentes de la Guardia Civil, amaneció ayer con varias pintadas contra ellos. En la fachada del edificio se les acusaba de «nazis separatas» y «ratas», entre otras menciones despectivas, junto a sus nombres y apellidos. Las pintadas fueron rápidamente retiradas, pero provocaron un alud de críticas a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, quien el pasado domingo compartió a través de su cuenta en Twitter un artículo en El Mundo donde aparecían las fotografías y los nombres de los educadores investigados por la fiscalía.

«Los maestros separatistas que señalaron públicamente a hijos de la Guardia Civil en Cataluña. La fiscalía les investiga por delitos de odio, pero el Gobierno de España dice que no les abrirá expediente. Con cobardía nunca se vence al nacionalismo», escribió Rivera, junto al enlace del controvertido reportaje. Tanto Podemos como ERC y el PDECat cargaron contra él.

«Se incrementa el asedio a los profesores después del tuit de ayer de Rivera», escribió en la misma red social el portavoz de los republicanos en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà. Desde el PDECat, su coordinadora general, Marta Pascal, también acusó al líder naranja de colocar en la «diana» a los docentes catalanes. A su juicio, las únicas menciones a este colectivo han de ser de tono elogioso. «Si alguien tiene que señalar a los profesores de la escuela catalana tendría que ser para destacar su gran trabajo y las horas de talento que ponen, no para hacerlos servir de diana de los intolerantes», señaló Pascal. Los socialistas, por su parte, evitaron calentar todavía más la polémica. El secretario de organización del PSC, Salvador Illa, defendió que «la política no debe entrar» en las aulas. «No nos gusta ningún señalamiento público contra nadie», añadió.

LAS HUMILLACIONES / Según la fiscalía, los nueve profesores humillaron a los alumnos hijos de agentes de la Guardia Civil el pasado 2 de octubre, un día después del referéndum unilateral sobre la independencia de Cataluña, una jornada protagonizada por las cargas policiales contra quienes se movilizaron para votar. «Estarás contento con lo que ayer hizo tu padre», le dijo un maestro a un alumno de 12 años. «Los guardias civiles son unos animales. Solo saben dar palos», afirmó una docente. Otro profesor pidió «que levanten la mano los hijos de los guardias civiles».

Estos maestros del instituto de Sant Andreu de la Barca, situado a muy poca distancia de un cuartel de la Benemérita, están siendo víctimas de un «linchamiento», según Lluís Font, presidente del Consejo Escolar de Cataluña. Font, que también es diputado de Junts per Catalunya en el Parlamento catalán, emitió un comunicado en el que reafirmaba «su confianza en los maestros y profesores del país».

Rivera también recibió críticas desde fuera de Cataluña. El secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, llamó «matón» al líder de Ciudadanos. «Este tipo que pone en Twitter la foto de unos maestros anónimos, señalándolos, tiene un millón de seguidores y es candidato a la presidencia de España. Este tipo que echa gasolina al odio para ganar votos y que se comporta como un matón quiere gobernar mi país. A mí me da miedo», escribió Echenique, provocando la reacción del portavoz parlamentario de Cs, Juan Carlos Girauta, que acusó a los dirigentes de Podemos de sentirse «cómodos al lado de los nacionalistas que humillan a niños por ser hijos de la Guardia Civil».