De tanto mencionarlo, Vox ha acabado entrometiéndose en el que se prometía feliz y rápido matrimonio entre PP y Cs para excluir al PSOE del Ejecutivo andaluz después de 36 años. Espoleada por los mensajes en contra que le llegan desde sus socios en Europa para evitar vincularse al partido de ultraderecha, la formación naranja sigue enrocada en un imposible: que sea el PSOE quien con su abstención abra la puerta a ese Gobierno de cambio. Una vía en la que no se encuentran ni por asomo los populares.

«El cambio no es posible con aquel a quien queremos cambiar», zanjó el líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien confió en que, dada la buena sintonía programática entre ambas formaciones, el acuerdo con Cs pueda estar cerrado antes del 27 de diciembre, fecha fijada para la constitución del Parlamento andaluz.

«Es un acuerdo complicado, bastante difícil», afirmó el líder andaluz de Cs, Juan Marín, al término del segundo encuentro. Según reconoció, la principal diferencia es que los naranjas quieren «la vía constitucionalista» y «el PP, no». Aludía así a su intención de que sean los socialistas quienes, de forma activa o con la abstención, apoyen el pacto PP-Cs para permitir tanto cerrar la composición de la Mesa del Parlamento como formar un Gobierno de derechas sin tener que contar con Vox. El partido de extrema derecha ya ha reclamado un puesto en la Mesa y sitio en la negociación, aunque sin integrarse en el Ejecutivo.

Más allá de la elección del tercer socio, vital para sacar adelante la legislatura, tanto Cs como PP evidenciaron que el resto de diferencias son ciertamente menores. Ambos discrepan en los tiempos. Para el partido de Albert Rivera, «no hay prisa ninguna», mientras que el de Pablo Casado a duras penas controla la ansiedad e insiste en que no se pueden dilatar tanto los tiempos porque «los ciudadanos están reclamando ya el cambio y esta parálisis hace perder inversiones». Pero también hay diferencias de fondo, especialmente en la regeneración democrática y el tratamiento de los casos de corrupción o los aforamientos.

Por otraparte, el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ha dejado claro que el rechazo a pactar con el PSOE se circunscribe en este momento solo a Andalucía y, por tanto, está abierto a llegar a futuros acuerdos de Gobierno con el PP y los socialistas dependiendo del territorio, las circunstancias o los perfiles de los líderes. Las declaraciones de Girauta se producen tras la publicación de varias encuestas en el que PSOE y Cs tendrían mayoría absoluta en unas generales.