El ministro de Defensa, José Bono, salió ayer ayer al paso de las críticas vertidas contra al desfile del Día de la Fiesta Nacional, que se celebra hoy en Madrid, con una respuesta contundente. "No hay que pedir permiso a nadie que exhiba planteamientos antiespañoles para decir que juntos podemos más que separados", proclamó para justificar su decisión de invitar al homenaje a los caídos a un veterano de la fascista División Azul y a otro de la División Leclerc, procedente del Ejército republicano.

El ministro respondió así a las reproches que ERC e Iniciativa per Catalunya-Verds han vertido contra el desfile y contra la asistencia del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, cuyo gesto agradeció porque "representa a más de seis millones de catalanes". "El ministro de Defensa no puede hacer otra cosa sino darle las gracias, porque esos millones de ciudadanos no están en España, sino que son España", apuntó.

También rebatió la acusación de que los actos castrenses de la Hispanidad son propios de una España "antigua, colonizadora y poco menos que madrastra" diciendo que hoy todos tienen el mismo derecho a "disfrutar de una libertad ganada entre todos" y que no se trata de que él, como ministro de Defensa, quiera a España para dar gusto a los Reyes Católicos, sino "porque juntos en los ideales constitucionales podemos más que separados".

Sobre las críticas a la presencia de representantes de la División Azul, Bono señaló que él no es quien para "leer la cartilla" a ningún veterano por lo que hizo hace 60 años en un bando o en otro.

El ministro adujo que "desde el socialismo democrático" en el que milita "vale más la concordia y la paz que las guerras y los enfrentamientos" y que por eso "es mucho más solidario, moderno e inteligente buscar la concordia entre todos, entre los de uno y otro bando que leer la cartilla a unos o a otros".

Pero el titular de Defensa no se quedó sólo en palabras. Para no herir susceptibilidades en el homenaje de hoy a los que dieron su vida por España, en el que participarán representantes de la División Leclerc, que liberó París de los nazis hace 60 años, y de la División Azul, que luchó junto a los nazis, un equipo encabezado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán, ha modificado el himno La muerte no es el final , suprimiendo el término bandera.

También en atención a las víctimas del accidente del Yak-42, se ha suprimido de dicho himno la estrofa que decía: "No quisieron morir de otra manera". Según el ministro, esta modificación obedece a la indicación que le hizo un familiar en el homenaje que rindieron en Trebisonda (Turquía) a los 62 militares muertos cuando regresaban de Afganistán.