El excomisario Jaime Barrado afirmó ayer en el juicio por el espionaje político a dirigentes del PP de Madrid en el 2008 que hubo «cortapisas» para llegar «a la verdad» de los hechos y ha subrayado que advirtió «irregularidades» del exfiscal jefe Manuel Moix, indicando que se quejó al comisario general pero todo quedó «en un cajón». «El señor Juan Luis (Olivera) intentó guiarme la investigación», aseveró el testigo a preguntas de uno de los abogados.

La Audiencia Provincial de Madrid continúa el juicio con la testifical de los mandos policiales que fueron responsables de la investigación. El interrogatorio se centró en preguntas en relación a una afirmación que tuvo Barrado acerca de que «la Policía sabía que el PP espiaba con sus detectives», pero su jefe «acusó» a los guardias civiles. En vista a las declaraciones, el Tribunal estudió si suspendía el juicio para ampliar la investigación, pero finalmente optó por continuar con la vista judicial.