No es la primera vez que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo saca los colores a España por vulnerar alguno de los artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que el Estado español ratificó en el año 1979. El último ejemplo tuvo lugar esta semana con la condena a España por no ofrecer un juicio justo o un tribunal imparcial al coordinador de EH Bildu Arnaldo Otegi.

Los varapalos en este terreno han sido un goteo, aunque España no es de los países con más reveses en esta institución. En el 2017, de las 1.068 sentencias dictadas por el TEDH, solo seis fueron sobre España. Pero muchas de ellas han sido de impacto. En los últimos ocho años, Estrasburgo ha condenado al Estado en una decena de ocasiones por casos relacionados con el terrorismo: por no ofrecer un juicio justo, no investigar torturas o por aplicar la doctrina Parot sobre la reducción de penas.

Un caso sonado fue el de la etarra Inés del Río, condenada a 3.828 años por un total de 24 asesinatos y atentados. Tras 18 años en prisión y computados los beneficios penitenciarios, debía haber sido liberada en julio del 2008. Su caso llegó a Estrasburgo y le dio la razón al estimar que la aplicación retroactiva de la doctrina Parot vulneraba dos artículos de la Convención. Al día siguiente, fue excarcelada. Unos 60 condenados se beneficiaron de la sentencia. S. M.