Alí Shahzad no era un simple delincuente común dedicado a la falsificación de documentos y al tráfico de heroína. Shahzad, detenido por los Mossos d´Esquadra en Barcelona el 15 de septiembre en una operación en la que fueron arrestados diez paquistanís, es un presunto terrorista de Al Qaeda que tiene antecedentes por asesinato y por participar en varios atentados en Pakistán.

Después de que se probara que Mohamed Atta organizó en el 2001 parte del ataque al World Trade Center de Nueva York en un hotel de Salou (Tarragona), la detención de Shahzad supone la segunda ocasión en que se confirma que el sendero terrorista de Al Qaeda también pasa por Cataluña. Shahzad no podía volver a su país por figurar en varias causas judiciales sobre la red Al Qaeda. Poco después, se estableció en España, aunque mantuvo sus lazos con los activistas de su país.

Un informe de los Mossos en poder de la Audiencia Nacional revela que varios hombres relacionados con Bin Laden recibieron, en los últimos años, giros procedentes de la red en Barcelona. Entre ellos se encontraría el informático de Al Qaeda. Fuentes judiciales señalaron que es pronto para saber el importe de la financiación terrorista. Sin embargo, aseguraron que del locutorio Global Link Trade Center, situado en el barrio del Raval de Barcelona, pudieron salir millones de euros.

PRISION SIN FIANZA Por ese motivo, el magistrado Ismael Moreno ha ratificado la prisión incondicional sin fianza para nueve de los diez detenidos por los Mossos. En su nuevo auto, el juez amplía las acusaciones y les imputa ahora por pertenencia a banda terrorista. Otros dos activistas, detenidos en Barcelona el martes, prestaban ayer declaración ante los Mossos. Uno de ellos es el dueño del locutorio, acusado de ser el financiero del grupo. El fin de semana se prevé que sean trasladados a Madrid para ser entregados al juez.

Además de los atentados en Asia, Shahzad y su lugarteniente, Muhamad Afzal, están acusados ahora de financiar los atentados de las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania el 7 de agosto de 1998, en los que fallecieron 224 personas. Uno de los hombres de Bin Laden, procesados por esos crímenes, recibió dinero de la red establecida en Cataluña.

La célula obtenía importantes sumas de dinero del tráfico de heroína, la venta de documentos falsos y las extorsiones en España a compatriotas suyos adinerados.

Shahzad y sus hombres también mandaron importantes sumas de dinero a la red de Al Qaeda en EEUU, según la documentación analizada. Uno de los receptores está acusado de asesinar, cerca de Washington, a un espía de la CIA, que se había infiltrado en la organización.

POSIBLES CONEXIONES En la actualidad, los Mossos, conjuntamente con la Policía Nacional y la Guardia Civil de Madrid, investigan posibles conexiones de la célula de Barcelona con implicados en los atentados del 11-S.

El nombre que está siendo rastreado es el de Khalid Sheikh Mohamed, número tres de Al Qaeda y cerebro de los atentados en EEUU, detenido poco después en Pakistán. Los investigadores sospechan que Khalid Sheikh, que residió un tiempo cerca de Valencia, pudo recibir dinero entre el 2000 y el 2002 desde Barcelona. Este extremo todavía no ha sido verificado. Por ahora, no ha aparecido tampoco ninguna conexión clara con el 11-M de Madrid.

Es como buscar una aguja en un pajar. Shahzad y Afzal hicieron más de 1.000 envíos a todo el mundo.

Por otro lado, la Audiencia Nacional acusó ayer al confidente de la Guardia Civil Rafá Zuher de "confundir deliberadamente" la investigación del 11-M. Los jueces le mantienen preso por no haber informado de que Jamal Ahmidam, el Chino, uno de los suicidas de Leganés, compró explosivos al exminero José Emilio Suárez Trashorras.