En la lista de los 51 detenidos este lunes por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil hay un arrestado que no es político, ni empresario, ni abogado, se trata de un agente de la guardia civil, conocido de Francisco Granados al que recientemente alertó de que andara con ojo porque su nombre "sonaba con frecuencia" en los despachos que la UCO central tiene en Barajas. El arrestado no pertenece a la unidad que ha realizado esta macro operación contra una supuesta trama de corrupción, pertenece a otro grupo de la UCO y, según fuentes al corriente de la investigación, "debió de oir campanas, pero no tenía ni idea de lo que se estaba investigando".

En las últimas semanas Granados estaba siendo objeto de un seguimiento por parte de los investigadores y también tenía sus comunicaciones intervenidas. El que fuera número dos de Esperanza Aguirre en el Partido Popular conocía al guardia civil de su época de alcalde de Valdemoro, una ciudad madrileña en la que viven muchos guardias civiles porque allí está la escuela de suboficiales de la Benemérita. El guardia civil alertó a Granados pero no supo concretarle al exdirigente del Partido Popular en que consitían las pesquisas. "Más que un chivato, lo que ha sido es un imprudente, porque en realidad el no tenía ni idea de nada", explicaron a este diario las mismas fuentes.