Los cinco islamistas contra los que el juez Juan del Olmo dictó el lunes sendas órdenes internacionales de busca y captura están acusados de apoyar y financiar a los terroristas que perpetraron los atentados del 11 de marzo. Uno de los buscados, Mohamed Buharrat, fue detenido el mismo lunes en la localidad madrileña de Fuenlabrada.

El juez, además, ha reiterado una antigua orden de busca y captura contra Said Berraj, que podría ser el fallecido en Leganés que aún no ha sido identificado.

El magistrado explica que a primeros de marzo la célula terrorista del 11-M montó una infraestructura de seguridad en Madrid y en Andalucía. Por ello, dos de los suicidas, Abdenabid Kunjaa y Rachid Aulad, utilizaron documentación falsa para alquilar una casa en la localidad granadina de Albolote. El contrato se formalizó los días 5 o 6 de marzo.

Por su parte, Mohamed Belhadj, uno de los cinco buscados, alquiló entre los días 7 y 8 de marzo la casa de la calle Martín Gaite de Leganés, donde se inmolaron siete terroristas. Este individuo firmó el contrato junto a otros dos que todavía no han sido identificados. El 11 de marzo, Belhadj abandonó España, aunque luego regresó.

1.800 EUROS El juez expone en su orden que, el 31 de marzo, Belhadj explicó a Mohamed Afalah, otro de los ahora buscados, que había pagado 1.800 euros por el alquiler de la casa de Leganés: 600 de mensualidad, 600 de fianza y otros 600 de comisión a la agencia inmobiliaria. También le contó que había hecho esa gestión para unos amigos suyos, que eran los que habían financiado el pago. Belhadj, según la información policial, no dispone de ingresos, ya que está en el paro.

Belhadj y Afalah huyeron tras la inmolación del núcleo duro del grupo terrorista, el 3 de abril. Se trasladaron a Barcelona en un Volkswagen Golf rojo. Desde esta ciudad, Afalah llamó a su hermano Ibrahim, que les había prestado el vehículo, para que le facilitase los números de teléfono de unos amigos residentes en Bélgica y Holanda. También le pidió que fuera al comercio de Abdenabid Chedadi, en libertad desde este lunes tras declarar ante el juez, para que le diera 2.000 o 3.000 euros, pero la gestión resultó infructuosa. Mohamed volvió a llamar a su hermano Ibrahim desde Barcelona.

Otro de los nuevos buscados es Abdelmajid Buchar, que fue quien advirtió a los terroristas suicidas de la presencia de la policía en Leganés. Buchar descubrió a los agentes cuando bajaba la basura y, tras salir corriendo, avisó a sus compañeros. Era él quien se encargaba de las labores de aprovisionamiento para los inquilinos de la casa de Leganés.

TRAFICO DE DROGAS Por su parte, Hicham Ahmidam, primo del suicida Jamal Ahmidam, tenía vínculos con el tráfico de hachís y de vehículos, incluida la falsificación de placas de matrícula. Con esas actividades financió la compra de los explosivos empleados en el 11-M. La policía intervino en su casa 50 kilos de hachís y 30 de pastillas, seguramente psicotrópicos. Marchó a Marruecos antes de la matanza de Madrid.

Mohamed Buharrat, detenido el lunes, tiene antecedentes por delincuencia común. Frecuentaba a Said Berraj, que todavía no se sabe si se suicidó en Leganés o huyó a Turquía. También tenía contactos con Afalah y su foto apareció entre los escombros de la casa de Leganés.

INDICIOS Del Olmo explica que todos ellos mantenían relaciones personales, creencias radicales islamistas y contactos con la delincuencia común. Por ello sostiene que los indicios son suficientes para decretar su busca y captura.