Jorge Dezcallar será destituido como director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en cuanto el nuevo Gobierno tome posesión. Dezcallar fue nombrado director del CNI con rango de secretario de Estado en junio de 2001 y será sustituido por José Alberto Saiz, consejero de Industria y Empleo de Castilla-La Mancha y persona de plena confianza del nuevo ministro de Defensa, José Bono, hasta ahora presidente de esa autonomía. Fuentes de los servicios secretos consideran que el relevo convierte a Dezcallar en víctima política de la masacre de Madrid.

Personas próximas a Dezcallar, que regresará al cuerpo diplomático y será destinado a una embajada importante, no ocultaron su sorpresa por la forma y el método empleado para anunciar su cese. Aunque había puesto su cargo a disposición del que será nuevo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha visto sorprendido por la rápida decisión del nuevo titular de Defensa de anticipar el sustituto sin comunicárselo personalmente.

Las fuentes consultadas criticaron el "método precipitado" del relevo, que puede hacer pensar, según reconocieron, que los fallos de seguridad previos a la masacre del 11-M son achacables al CNI. La autocrítica por no prestar más medios y atención a la amenaza de los terroristas islamistas ya había sido realizada en el seno del servicio secreto. El propio Dezcallar se la había manifestado al presidente saliente, José María Aznar.

INVESTIGACION DEL ATENTADO Tras los atentados, el trabajo del CNI con los servicios policiales y de la Guardia Civil ha sido determinante para capturar a los presuntos autores de la masacre. La dirección policial de la investigación, coordinada por el secretario de Estado saliente, Ignacio Astarloa, encargó al servicio de inteligencia trabajos relacionados con los comunicados y las cintas de vídeo de los terroristas, las comunicaciones telefónicas, la localización del robo de los explosivos y las conexiones internacionales. Ello no quita que la continuidad de Dezcallar, cuyo nombramiento por cinco años fue consultado al PSOE en su día y obtuvo un amplio respaldo, se encontrara pendiente de la renovación e, incluso, de la ampliación del acuerdo político de 2001 que dio lugar a su nombramiento.

UTILIZACION POLITICA Personas próximas al diplomático Dezcallar reconocieron que el propio Aznar le puso en el disparadero con la decisión de desclasificar a toda prisa la nota del servicio secreto sobre el atentado en la que se consideraba "casi seguro" que había sido obra de ETA. Las declaraciones de Aznar a The Times , el pasado miércoles, también revelaban que el CNI poseía información sobre la amenaza terrorista islamista desde el otoño de 2002 y que, pese a ello, no reformó su estructura para dedicar más medios a prevenirla.

Las mismas fuentes señalaron ayer que si el 11-M había precipitado la salida de Dezcallar, el nuevo mapa político hubiera hecho difícil su continuidad en el cargo tras la filtración, en plena precampaña electoral, de los contactos del republicano Josep Lluís Carod-Rovira con dirigentes de ETA. La decisión de utilizar esa información fue tomada en La Moncloa. El CNI entregó el informe al respecto al secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos.

SORPRESA Las fuentes consultadas recordaron que el método del relevo rápido, todavía pendiente del acuerdo del Consejo de Ministros, supone una merma del principio de consultar el nombramiento al principal partido de la oposición, como ocurrió con el propio Dezcallar, cuyo principal cometido fue la reforma del antiguo Cesid y la aplicación de la ley consensuada entre el PP y el PSOE que somete la actividad del CNI al control del Ejecutivo, del Parlamento y del Tribunal Supremo.