El sargento Rivera, el brigada Mejía, algún capitán y otros muy numerosos integrantes de diversas unidades del Ejército han ido tapizando con sus bandas pecheras, galones y estrellas las paredes de los locales de la Ruta 36. Si algo asemeja a los templos del franquismo, además de la iconografía de la dictadura, es la constante e inquietante exhibición de distintivos de las Fuerzas Armadas.

Y además de estos adornos, incluso con más frecuencia, los escudos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, algunos de ellos tuneados para adaptarlos al gusto del espectador. Junto a la consabida colección de gorras policiales que exhiben también otros locales, hay en el Casa Pepe de Despeñaperros una camiseta conmemorativa del 1-O con el nombre de la USECIC (Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia de la Guardia Civil), enmarcada que muestra un logotipo de calavera con medio casco antidistubios y el irónico lema "No tenim por Cataluña 2017-1-0".

Los dueños de estos locales consideran que no infringen ninguna norma al unir en la misma pared, como ocurre en el bar Oliva del chino Chen Xianwei, piezas de la uniformidad en vigor de militares y policías que sirven a todos los españoles con la imaginería del franquismo y el fascismo español. "Es mi casa, y en mi casa pongo lo que yo quiera", aclara Fernando Anguita, el dueño del museo-bar La Gran Parada de Cerro Muriano (Córdoba).

JUNTO A VOX

Esta constante exhibición militar y policial convive además con repetidas alegorías de Vox, el partido al que se sienten más cercanos camareros y clientes, aunque a algunos de ellos les quede a la izquierda.

Durante la campaña del 26M, en la barra del Oliva, junto a la carta y los servilleteros menudeaban los tacos de papeletas electorales con los nombres de Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio, candidatos para el Ayuntamiento y la Comunidad Madrid.

En otros locales, las letras verde claro del logotipo corporativo de la formación de Santiago Abascal lucen en algún lugar preferente; en elcaso del abulense Casa Eladio, bajo la barbilla de un busto de Franco.

Hay contenido militar también en las estanterías y percheros de las zonas de tienda, preferentemente camisetas no oficiales de la Brigada Paracaidista y la Legión a 12 euros que cada bar manda hacer en pequeñas imprentas, llaveros con el tricornio de la Guardia Civil, o muñecos clics transformados en pequeños antidisturbios de las UIP (Unidades de Intervención) de la Policía, junto a miniaturas de resina de legionarios o figuras históricas como Blas de Lezo, Tejero o Millán Astray.

Bajo hombreras de misiones en Irak, Líbano o Bosnia, en los estantes de bebidas del Casa Pepe, la leche de pantera, cóctel típico legionario a base de ginebra y leche condensada, desfila junto a los vinos Franco y los vermús Orgullo Español. Y en El Cangrejo, el himno de la Guardia Civil "por tu conducta en la guerra / brilla airoso tu pendón"- escrito en la pared flanquea la puerta de la tienda de abalorios.

Tanta referencia castrense y policial se explica no solo por el origen de buena parte de la clientela; también por el de los dueños. Fue militar antes que hostelero Eladio, el de Ávila, y militar también, durante el franquismo, el cordobés Anguita. Los dos lo confirman, pero no quieren desvelar en qué unidades. En el caso de El Cangrejo, la relación con la Guardia Civil del dueño del negocio que fundó el torero José Antonio Delgado, Cangrejo- se proclama en paredes y esquinas.