Eduardo Madina (Bilbao, 1976) se encuentra ante el reto para el que se ha preparado durante años. Tras la renuncia de la presidenta andaluza Susana Díaz, cuenta con más opciones que nunca de liderar el PSOE, un hecho que de producirse confirmaría una carrera meteórica.

La trayectoria política de Eduardo Madina comenzó cuando, con 17 años, ingresó en las Juventudes Socialistas de Euskadi, y apenas unos años después fue elegido secretario de esta organización. Siempre ha sido uno de los cargos más jóvenes en las instituciones que ha pisado; así, fue concejal con 23 años en el Ayuntamiento de Sestao (Vizcaya) y diputado en Madrid con 28 años.

Considerado como uno de los principales valores de su partido ante la necesidad de renovar la primera línea política, en el 2009 fue nombrado secretario general del grupo socialista en el Congreso en sustitución de otro dirigente vasco, el veterano Ramón Jáuregui.

Actualmente casado y con un hijo, procede de una familia con históricos militantes socialista, está licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Deusto, trabajó como técnico en el Parlamento Europeo e impartió clases en diferentes universidades sobre Relaciones Internacionales y Construcción Europea.

Víctima de ETA

En febrero del 2002 logró salvar la vida en un atentado de ETA. La bomba lapa colocada en los bajos de su coche le amputó parte de su pierna izquierda y cambió su vida; sus padres sufrieron una profunda depresión y su madre falleció 10 meses después de un infarto, una muerte que Madina siempre ha achacado a la acción terrorista.

Como vasco, siempre se ha mostrado dispuesto a tender puentes con el mundo de la izquierda aberzale. Desde el PP se le ha criticado que muestre más virulencia en sus declaraciones contra los líderes populares que contra sus verdugos, pero Madina ha explicado reiteradamente que su respuesta a los violentos nunca ha sido el odio, sino la indiferencia.

Convicciones republicanas

Madina se ha reconocido republicano y ha defendido públicamente que el PSOE debe abordar el debate entre Monarquía o República. Precisamente, la posibilidad de que pueda ser el próximo líder de su partido podría haber contribuido a acelerar la abdicación del Rey, ya que el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba garantizaba el respaldo socialista a la ley orgánica para la entronización de Felipe VI.