En un sorpresivo guiño a José Luis Rodríguez Zapatero, Estados Unidos se ha desmarcado en el último momento de la celebración del tricentenario de la ocupación de Gibraltar por tropas inglesas. Las protestas del Gobierno español por la asistencia a los festejos del ministro de Defensa británico, Geff Hoon, que llegó ayer al Peñón, a los actos de mañana han llevado a Washington a cancelar la intervención del destructor USS McFaul en la parada naval, cita estrella del festejo.

El destructor, dotado de dos lanzamisiles y una tripulación de 338 marineros, partió el 30 de julio del puerto de Cartagena con destino a Gibraltar, pero a continuación recibió la contraorden de desviarse hacia alta mar. La Administración estadounidense ha enmarcado la decisión en su deseo de no herir "sensibilidades" en España, según señaló a este diario el portavoz de la Embajada de EEUU en Madrid, John Law.

"No quisiéramos que la visita de un barco de EEUU fuera percibido como una perturbación de sensibilidades", dijo Law. Tras recordar que naves estadounidenses visitan Gibraltar y otros puertos "de modo rutinario y habitual", afirmó con rotundidad que "ningún barco de EEUU" atracará en Gibraltar durante los actos del tricentenario.

Según el portavoz, Washington no ha modificado su política con el Peñón, basada en la confianza de que España y Reino Unido, "buenos amigos y aliados de EEUU", resolverán el contencioso con el diálogo.

El plantón del USS McFaul ha provocado las iras del Ejecutivo gibraltareño. El ministro principal, Peter Caruana, expresó a un diario local su "decepción" por la decisión de Washington, que atribuyó a las "presiones" del Gobierno español. "No creíamos que la Armada de EEUU necesitara permiso de terceros países para decidir qué puerto visitan", reprochó.

BOMBO Y PLATILLO La furia de Caruana es entendible, si se tiene en cuenta que la participación del destructor de EEUU en la parada naval se había anunciado a bombo y platillo por las autoridades gibraltareñas. El USS McFaul debía desfilar en la parada naval junto a la poderosa fragata británica HMS Grafton y la nave de desembarco, también británica, RFA Sir Tristram, como ejemplo de la alianza militar de los dos países.

El Gobierno español eludió comentar la decisión de Washington de desmarcarse de los actos del tricentenario de Gibraltar. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores rehusó confirmar si la retirada del destructor se produjo como consecuencia de contactos previos entre Madrid y la Administración estadounidense, o si obedeció a una iniciativa unilateral de Washington.

TENSIONES Sin embargo, fuentes oficiales interpretaron la actitud de EEUU como una señal de distensión hacia España tras las turbulencias en las relaciones bilaterales derivadas de la decisión de Zapatero de retirar las tropas españolas de Irak.

El Gobierno ya dio pasos en el camino de la reconcialiación al acordar el envío de más soldados a Afganistán y el despliegue en Haití.