La onda expansiva de los atentados del 11-M y de la bomba descubierta en las vías del AVE sigue extendiéndose en Estados Unidos. El jueves, el FBI y el Departamento de Seguridad enviaron un boletín interno a las autoridades policiales en el que muestran su "preocupación" ante el riesgo de ataques terroristas durante el verano en trenes y autobuses.