José Luis Rodríguez Zapatero aprobó ayer a bordo del portaviones Príncipe de Asturias, mientras navegaba por aguas de la bahía de Cádiz, la nueva directiva de Defensa Nacional, que implica al Ejército en la lucha contra "todo tipo de terrorismo" y no distingue entre la amenaza de ETA y el terrorismo internacional.

La reunión formal con el ministro de Defensa, José Bono, y con los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor (Jujem) duró apenas 20 minutos y fue seguida de una alocución a los marineros del buque insignia de la Armada, y de un almuerzo.

Fuentes oficiales consideraron que "los ciudadanos españoles no entenderían" que el Ejército participase en misiones de paz y seguridad contra las amenazas terroristas en otros países, como Afganistán, y que, en cambio, en la principal orden del presidente del Gobierno a las Fuerzas Armadas no figurase la alusión al terrorismo nacional.

El documento será elevado al Rey el próximo martes y presentado por el ministro Bono al Congreso antes de que el presidente estampe su firma en el mismo. El texto considera el terrorismo como "la primera amenaza" para la seguridad e implica a las Fuerzas Armadas en la prevención de atentados de todo tipo.

PARTICIPACION DEL PARLAMENTO La directiva de Defensa sustituye a la que firmó José María Aznar en el 2000 e incluye "la participación activa del Parlamento" como "requisito previo a las operaciones de las Fuerzas Armadas en el exterior", si bien el papel del legislativo se concretará en la nueva ley de criterios básicos de la Defensa que el Gobierno quiere aprobar antes de junio del 2005.

El presidente fue recibido en la base de Rota por los mandos españoles y por el jefe de las instalaciones de EEUU, el capitán de navío John H. Orem. Precisamente, el ministro de Defensa quiere replantear las relaciones con EEUU para gestionar el combustible de Rota.