Por unos mil euros. En una fecha que no ha podido ser precisada, pero que la Fiscalía sitúa a principios del pasado mes de febrero, G.M.V, El Gitanillo , cogió en Asturias un autobús y viajó a Madrid "colocando una mochila cargada con unos 20 kilos de dinamita en la parte baja del maletero. Por este servicio el exminero Emilio Suárez Trashorras pagó al menor algo más de 1.000 euros.

Según los datos de la Fiscalía de Menores, una vez en la Estación Sur de Madrid, El Gitanillo se dirigió a un bar y desde allí llamó a un móvil para concretar una cita con un árabe, conocido por Trashorras como Mowgly , y que resultó ser el jefe de la célula del 11-M y muerto en Leganés Jamal Ahmidam (también conocido como El Chino ), a quien entregó los explosivos.

EL PRIMERO EN SER JUZGADO El juez central de menores de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrrubia, celebrará los próximos días 16, 17 y 18 el primer juicio por los atentados del 11-M. El Gitanillo será el primer implicado en los atentados en ser juzgado. La fiscal, que pide para él 8 años de internamiento y 5 más de libertad vigilada, le acusa de participar en el robo y transporte de explosivos de Asturias a Madrid para entregárselo a los presuntos autores de los atentados.

Según el escrito de conclusiones provisionales realizado por la fiscal Blanca Rodríguez, El Gitanillo , que era socio de Trashorras en el tráfico de hachís, habría participado en el robo de explosivos, acompañando hasta la mina Conchita y esperando en el coche a individuos árabes que sacaron de allí mochilas cargadas con este material. Estas personas resultaron ser tres de los presuntos autores de la masacre que se suicidaron en Leganés el 3 de abril.

El Gitanillo , que tenía 16 años cuando fue detenido el 15 de junio pasado, se enfrenta a una pena de ocho años de internamiento en régimen cerrado y cinco años más de libertad vigilada, así como ocho años de inhabilitación absoluta. El delito que se le imputa es el de "transporte y suministro de sustancias explosivas a un grupo terrorista".

La vista oral se celebrará en la Audiencia Nacional, en la sala blindada en la que habitualmente son juzgados los acusados de terrorismo. El juicio tendrá audiencia pública con las restricciones propias de la ley del menor, es decir, que no se podrán grabar imágenes del acusado.

LOS TESTIGOS Entre los testigos está el propio Suárez Trashorras además de otros cuatro jóvenes imputados en el transporte de explosivos: Iván Granados Peña, Rubén Iglesias Díaz, Javier González Díaz y Sergio Alvarez Sánchez, de los que sólo el primero se encuentra actualmente en prisión. Todos ellos están citados a declarar el 17 de noviembre.

Según el escrito de la fiscal, El Gitanillo colaboraba con Trashorras en la distribución de hachís, y fue a través de él como conoció a varios árabes dedicados al mismo tráfico ilegal. A principios de enero del 2004 tuvo conocimiento de que Suárez Trashorras estaba robando explosivos y facilitándoselos a los árabes, según señala la fiscal, circunstancia de la que supo tras acompañar al exminero a la estación de autobuses de Oviedo para recoger a Sergio Alvarez, que regresaba de un viaje a Madrid para llevar una mochila de explosivos.

UN JUICIO PUBLICO En el auto hecho público por el juez central de menores se señala que tanto la Fiscalía como el abogado del menor, Miguel García Pajuelo, solicitaron que el juicio no fuera público. Tras analizar el caso, el juez ha determinado que no aprecia "ninguna razón jurídicamente estimable" para declarar la vista a puerta cerrada.