Van tres jornadas de vista oral sobre la destrucción de los ordenadores de Bárcenas, y pocas cosas puede tener claras el magistrado Eduardo Muñoz Baena, que juzga el caso. Como mucho, que borrar un disco duro es relativo: desde reformatearlo una vez hasta rayarlo tras regrabarlo 35 veces; depende de quién lo cuente. Desde ayer, además, tiene confirmado que, en plena investigación judicial de la financiación opaca del PP, no solo se destruyeron los ordenadores: también fueron a la basura agendas clave.

Estrella Domínguez, que fue secretaria de Luis Bárcenas, ratificó ayer que tiró unas agendas con notas de «reuniones» y «comidas» de su jefe; que las tiró porque eran suyas; y que no pensó que podían ser prueba en una investigación judicial. La que instruía Pablo Ruz en la Audiencia nacional, por ejemplo.

La secretaria precisó que tiró los cuadernos «cuando Luis se fue», ya que «nunca nadie» le dijo que los guardase. Juan Moreno, letrado de IU, le preguntó si el PP la llamó cuando se jubiló, tras 42 años en el partido, para que autorizase el vaciado de su ordenador, tal y como dicen los acusados que manda un protocolo interno de «borrado seguro». Domínguez negó que le pidiesen permiso.

Tres informáticos del PP (Héctor López, Alexis Martín y María Aguilera) declararon ayer que en el PP es «habitual» el protocolo de «borrado seguro» que ha descrito el jefe de informática del partido, José Manuel Moreno, acusado del regrabado y rayado de los discos duros de Bárcenas. Su declaración aportaría luz si no fuera porque ni 24 horas antes Javier Barrero, exjefe de Informática del PP, dijo que en el PP no había en 2013 -año de los hechos- un protocolo de borrado seguro: a un disco duro «se le pegaba un formateo de una pasada y ya está». En la misma sesión, declaró Antonio de la Fuente, cuñado de Bárcenas y exjefe de seguridad del PP, asegurando que Seguridad no tenía una copia de la llave de la sala Andalucía, en la que el extesorero guardaba sus ordenadores. Lo dijo el mismo día que Javier Colás, jefe de Servicios Generales del PP, contó que en Génova hay «un armarito con todas las llaves de la sede».

En el turno de testigos, el director de El Español, Pedro J. Ramírez, declaró sobre una conversación suya con Bárcenas acerca de la existencia en el PP de una caja B «fruto de un sistemático procedimiento de financiación ilegal basado en recoger dinero negro».