La Policía Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) consideran que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU está implicada en un asalto a la embajada de Corea del Norte en Madrid. Al menos dos de los 10 atacantes han sido identificados y tienen vínculos con los servicios secretos estadounidenses, según publicó ayer El País. Cuando las fuerzas de seguridad española preguntaron a la CIA sobre esta intervención, su respuesta fue negativa pero «poco convincente». El Gobierno, a través del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se negó a comentar ayer la información.

El pasado viernes 22 de febrero, un grupo de personas se adentró en este edificio de la legación norcoreana e interrogó y agredió a los ocho trabajadores del centro diplomático. Una mujer escapó por la ventana y acabó alertando a la policía, pero los asaltantes se hicieron con varios ordenadores y móviles. Tras dar la voz de alarma, un agente acudió a la embajada pero el empleado norcoreano que abrió la puerta le despachó asegurando que todo «estaba normal». El policía, en su vigilancia posterior, observó cómo dos coches de alta gama abandonaban la finca a toda velocidad, para luego ser abandonados más tarde en la zona, lo que arroja más misterio al caso.

Gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad, al interrogatorio de los rehenes y al estudio de los vehículos, las fuerzas de seguridad consiguieron identificar a varios de los implicados, pero cuando España solicitó explicaciones la respuesta fue «poco convincente», según fuentes gubernamentales citadas por el diario El País.

Los indicios señalarían a los servicios de espionaje de Estados Unidos, en colaboración con los de Corea del Sur. De hecho, la investigación de la Policía y de la inteligencia española pronto descartó que fuera una acción del hampa, al estar planificada como si de un comando militar se tratara: no buscaban dinero, solo archivos informáticos y teléfonos.

El juzgado 5 de la Audiencia Nacional se ha hecho cargo de las pesquisas y podría ordenar la detención de los identificados, aunque fuentes consultadas admiten que parece poco probable que pueda probarse judicialmente la implicación de la CIA. «Desconozco el origen de esta información y su verosimilitud y, si la tuviera, no se la podría comentar», dijo ayer Borrell. La embajada fue abierta en octubre del 2013 por el diplomático norcoreano Kim Hyok Chol, expulsado de España dos años después en respuesta a las pruebas balísticas del régimen de Pionyang.