ERC consiguió este domingo vencer por primera vez en escaños y votos a la posconvergencia en unas elecciones al 'Parlament'. En un contexto general, además, que los sitúa empatados en escaños con el PSC, eso sí, con 50.000 votos menos. ERC, por la mínima, como por los pelos fue su derrota ante JxCat hace cuatro años, es la nueva referencia independentista. Un secesionismo que supera el 50% del voto y aumenta en cuatro sus escaños en el 'Parlament'.

Por aquellas cosas de la ley d'Hondt y de la no ley electoral catalana, los 50.000 votos de ventaja del PSC no se traducen en diferencia alguna en escaños. Y, de la misma manera, los 40.000 de ventaja de los republicanos hacia los posconvergentes determinan una sola acta de distancia, cuando, en el 2017, JxCat logró dos con apenas una superioridad de 12.000 votos.

Curiosamente, los republicanos se quedaron a solo tres centésimas de reproducir el 21,38% del voto obtenido en el 2017, eso sí, gracias a la caída de la participación, contó en esta jornada con 344.000 votos menos.

Las llamadas a la movilización de ERC, y muy especialmente de su líder, Oriol Junqueras, hicieron finalmente mella en un electorado adormilado, según reconocían fuentes del partido en plena campaña.

'President' tras 80 años

"Por primera en los últimos 80 años, Catalunya volverá a tener un ‘president’ de ERC", dijo un muy satisfecho Oriol Junqueras al inicio de su breve intervención, con el 99% de voto escrutado. “Ponemos punto y final a un trayecto que se inició con una guerra civil, una dictadura y, en los últimos 40 años, un régimen del 78 del que ERC ha sido siempre oposición”, siguió, tejiendo un hilo de continuidad histórica, antes de señalar que el 50,1% de voto independentista manda un mensaje a todo el mundo.

La primera pista de la noche la dio el vicesecretario Sergi Sabrià quien recetó una guía para seguir los resultados. “Hay que fijarse cuántos diputados estarán a favor de la amnistía y la autodeterminación; en si el independentismo supera el 50% del voto y en quién confía la ciudadanía para liderar el ‘procés’, si en la derecha [JxCat, se supone] o en la izquierda[ es decir, ERC”.

Las respuestas fueron todas favorables a ERC y respondidas, después, por la número 2, Laura Vilagrà: 82 diputados por la autodeterminación y la amnistía, el 50,1% de voto independentista (sumando fuerza extraparlamentarias) y el fiel de la balanza secesionista inclinada hacia la izquierda, por el triunfo de ERC y los nueve diputados de la CUP.

El bloque de los 82

Y a esa gran mayoría de los 82 diputados es a la que quiso dirigirse el propio Aragonès. "El independentismo ha ganado. Y ha hecho historia superando el 50%. Se ha creado una fuerza inmensa a favor de la amnistía y la autodeterminación. Y yo emplazo a todas estas fuerzas, especialmente a la progresistas, a ponernos de acuerdo con un programa que permita" desencallar el ‘procés’ y "basar la reconstrucción pospandémica de Cataluña en la justicia social y en no dejar a nadie fuera", aseveró el ‘president’ sustituto en funciones en sus primeras palabras.

Porque la intención expresada por el coordinador de ERC fue la de presentarse a una investidura, exactamente igual que Salvador Illa.

Aragonès también dedicó sendos mensajes, en castellano y en inglés, a Pedro Sánchez y a la Unión Europea. Al presidente del Gobierno le dijo que “es hora de sentarse a negociar cómo solucionamos el conflicto mediante un referéndum. ‘Sit and talk’”. Y a Bruselas recordó la mayoría de voto popular secesionista y la voluntad de promover un referéndum pactado con el Estado para concluir con una exigencia: “Implíquense”.

El vicepresidente del 'Govern' en funciones también presumió de haber derrotado de nuevo al bloque “del 155” en unas elecciones "impuestas" precisamente para impedir un nuevo Ejecutivo secesionista y que han dado pie "a una gran abstención". Frente a esto, Aragonès opuso su voluntad de sumar a JxCat, CUP y ‘comuns’ en la reconstrucción social para construir “una república catalana, no solo independiente, sino justa y prospera” desde el "catalanismo popular".

En el capítulo de malas noticias, el presidenciable de ERC señaló la entrada de la extrema derecha en el 'Parlament' y prometió desmentir, sin descanso, una a una, todas sus mentiras. Y dar la batalla democrática hasta conseguir que dejen de estar presentes en las instituciones catalanas.