En apenas 50 minutos la esposa del extesorero del PP Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, despachó el trámite de declarar ante el tribunal del 'caso Gürtel' en el que se enfrenta a 24 años y un mes de cárcel. La acusada, por apropiación indebida, delitos fiscales, estafa y blanqueo, se revolvió contra su principal línea de defensa. "No soy tonta, pero si mi marido me dice que son unos documentos para firmar y gestiona una cartera de valores que requiere mi firma, no me voy a poner a mirar", aseguró.

Iglesias, que sólo quiso contestar a las preguntas formuladas por su abogada, Marta Giménez Casina, negó la acusación de la Fiscalía Anticorrupción de que había actuado en "connivencia con su marido". "En connivencia conmigo... Será en convivencia conmigo. Es ridículo. Tengo una confianza absoluta en mi marido. Hasta en los momentos más difíciles de estos ocho años no tengo por qué perderla, no tengo motivos", declaró.

Según Rosalía Iglesias, ella no tiene carrera, sino estudios de secretario y cursos de historia del arte y de restauración de muebles. Conoció a su marido cuando entró en Alianza Popular, partido del que él era gerente, que "es un puesto técnico", lo que le permitía desarrollar una actividad empresarial, que según ella, era conocida en el partido.

Tras trabajar para el secretario general de Alianza Popular, Jorge Verstrynge, abandonó el partido en 1986 para dedicarse a su "hobby", la restauración de obras de arte, y "llevar su casa.

La acusada aseguró que no sabía que en el PP existiera una caja B, o "contabilidad extracontable", en palabras de su marido, hasta que se abrió el procedimiento del 'caso Gürtel'. "Mi marido conmigo nunca ha hablado conmigo de temas de trabajo; afortunadamente tenemos una vida plena", se justificó ante esta ignorancia.

Ni siquiera conocía a la mayoría de los acusados, aunque sí destacó al amistad que les unía a los extesoreros del partido Ángel Sanchis y Álvaro Lapuerta y con el sobrino de Manuel Fraga, el exsenador Luis Fraga. Con el líder de la trama Gürtel, Francisco Correa, sólo admitió que era "un proveedor del PP", que por eso tenía relación con su marido y en vacaciones habían cenado con él por coincidir en el lugar donde pasaban las vacaciones.

UN NOTARIO PARA GASTOS CORRIENTES

Su grado de desconocimiento sobre la actividad económica de Bárcenas llegaba a tal punto, que sostuvo que no sólo ignoraba tener una cuenta a su nombre en Suiza, sino hasta una en Caja Madrid. Según explicó, su marido le daba efectivo mensualmente para los gastos de la casa o suyos, como la peluquería, pero ni sabía dónde estaban domiciliados los gastos corrientes de la vivienda. Por eso, un notario tuvo que acudir a la cárcel de Soto del Real (Madrid) para que Bárcenas le diera un poder con el que poder hacerlos frente mientras él estuvo en prisión.

Sólo admitió haber acompañado a Bárcenas en "cinco o seis ocasiones" en "30 años" a Suiza, pero ignorando que iba a ingresar dinero en bancos de allí, porque, como dijo su marido, "son distintos" de los españoles. Tampoco fue a Argentina a firmar el contrato supuestamente contraído con la pintora Isabel Ardanaz. "Todo lo que he firmado a mi marido, lo firmaba en casa", añadió.

Y respecto a la compra de acciones de Libertad Digital, aseguró que "desde el partido pensaron que sería una buena idea la posibilidad de comprar acciones". "Era un programa que yo oía, y mi marido me dijo que había pensado ponerlas a mi nombre", dijo para negar cualquier conocimiento sobre el origen del dinero utilizado para la operación.