La organización terrorista ETA anunciará su disolución definitiva el primer fin de semana de mayo, en poco más de dos semanas, según dio a conocer ayer la televisión pública vasca ETB.

Está previsto que la banda ponga punto y final a su existencia tras la celebración de un acto similar a la conferencia de Aiete, con agentes políticos, sociales y personalidades intrenacionales, que se celebró en San Sebastián el 17 de octubre del 2011, tres días antes del anuncio del cese de su actividad, indicaron a Europa Press fuentes conocedoras del proceso.

El Foro Social y Bake Bidea, organizaciones que desde Aiete han desarrollado actividades para facilitar la culminación del denominado proceso de paz, celebrarán el próximo lunes, previsiblemente en Bayona (Francia), una rueda de prensa en la que darán a conocer el acto tras el que se producirá la desaparición de la organización vasca.

RENTABILIDAD / Por lo tanto, la disolución de ETA llegará poco más de un año después de su desarme, materializado por representantes de la sociedad civil el 8 de abril del pasado año. La organización armada tenía decidida ya su disolución y estaba a la espera del momento propicio para anunciar esa decisión y rentabilizarla propagandísticamente, según confirmaron semanas atrás a este diario fuentes de la lucha antiterrorista.

Desde entonces, la dirección de ETA está preparando el comunicado en el que anunciaría su desaparición definitiva, un texto en el que se da por seguro que intentará transmitir la sensación de que aunque la banda desaparezca, su proyecto sigue adelante, en un intento de justificar su trayectoria.

El diario abertzale Gara publicó a finales de abril una «declaración de ETA con motivo del Aberri Eguna» en el que la organización terrorista volvía a justificar su pasado criminal dándole una especial relevancia porque «precede a la decisión sobre su fin de ciclo».

El texto criticaba la dispersión de los presos etarras y destacaba el «enorme esfuerzo para culminar el desarme», calificando de «trabas y trampas» las sucesivas operaciones policiales.

El desarme de la banda terrorista nunca ha sido creído por las autoridades tanto españolas como francesas, ya que consideran que aún quedan muchos depósitos de armas sin declararse.