ETA pretendía provocar una gran apagó de luz en ambos lados de la frontera del Pirineo cuando colocó varias cargas explosivas en torres eléctricas en Huesca. Por otra parte, sis de los siete detenidos en el País Vasco y Navarra, tras la desarticulación de la cúpula de ETA en Francia, han quedado en libertad. El juez Fernando Andreu liberó a tres de ellos y la Guardia Civil, a otros tres. El séptimo detenido, José Luis Beotegi, permanece en dependencias policiales.

El magistrado interrogó ayer a José Ramón Unanue, Ascensión Canellada y Aimar Guzón. Los dos primeros reconocieron que ETA intentó captarlos, pero aseguraron que se negaron a colaborar con la organización terrorista. Por su parte, Guzón negó cualquier relación con la banda criminal. Unanue y Guzón fueron arrestados el miércoles y Canellada, el jueves.

Además, el juez de la Audiencia Nacional prorrogó hasta el próximo lunes la detención de Beotegi, que fue arrestado el pasado jueves. Este detenido había sido expulsado a Cabo Verde tras el fracaso de las conversaciones de Argel en 1989. Posteriormente se instaló en Francia antes de regresar al País Vasco.

Estas detenciones se produjeron tras la captura en Burgos del camionero Pedro Alcantarilla, que ingresó el prisión el jueves por los delitos de pertenencia a banda armada y depósito de explosivos y armas. Fuentes de la lucha antiterrorista, citadas por la agencia Europa Press, sostienen que Alcantarilla está implicado en la colocación, los pasados 25 y 26 de septiembre, de varios artefactos explosivos en torres eléctricas de Guipúzcoa y Huesca. Esas fuentes explicaron que la intención de ETA era provocar un gran apagón a ambos lados de la frontera con Francia.

LAS PROPUESTAS El camionero, que escondía en su domicilio de Urrugne (Francia) un arsenal para ETA y una galería de tiro, ha confesado a la Guardia Civil que él propuso a la dirección de la banda terrorista la comisión de esos atentados. Además, les sugirió incrementar la campaña de atentados de verano con el fin de reducir un 20% el turismo. Asimismo, quiso atentar contra el estadio Santiago Bernabéu mientras el Real Madrid disputaba un partido y contra la familia real cuando esquiaba en Vaqueira Veret. Alcantarilla también vigiló el domicilio de un militar español en el sur de Francia.

Por su parte, la justicia francesa procesó, en la madrugada de ayer, a Mikel Albisu, Antza, y a su compañera, Soledad Iparragirre, Anboto , por dirección de una asociación de malhechores con fines terroristas, un delito que está castigado con hasta 20 años de prisión.

LOS TRAMITES El juez Baltasar Garzón cursó ayer una euroorden contra Antza por considerarle el máximo jefe de ETA. Fuentes jurídicas han explicado que esa petición es un trámite, ya que se trata de garantizar la presencia del dirigente etarra ante la justicia. Además, esa solicitud no tiene posibilidades de prosperar porque la justicia francesa ya ha procesado a Antza por los mismos delitos que le imputa Garzón.

La euroorden implica la entrega, en un plazo máximo de 90 días, de los detenidos a los países donde han cometido los delitos. Sin embargo, prevalece la jurisdicción del lugar donde haya sido arrestado si se le persigue por el mismo delito, ya que una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo hecho.