El juez Fernando Andreu decidirá en las próximas horas si llama a declarar a los cocineros Karlos Arguiñano, Martín Berasategi, Pedro Subijana y Juan Mari Arzak después de que el etarra José Luis Beotegi haya declarado que habían pagado a ETA al ser extorsionados por la banda.

Beotegi declaró ante el juez el pasado lunes. Este etarra fue deportado a Cabo Verde tras el fracaso de las conversaciones de Argel en 1989 y después se trasladó a Francia hasta marzo del 2003, cuando regresó al País Vasco. Beotegi fue arrestado tras la detención en Francia, el pasado día 3, del jefe de ETA, Mikel Albisu, Antza y de su compañera Soledad Iparraguirre, Anboto .

Beotegi explicó al juez que entregó a esos cocineros las cartas en las que ETA les exigía, a cada uno, el pago de 72.000 euros (12 millones de pesetas). Sin embargo, dos de ellos, según la versión del etarra, negociaron con la organización terrorista y lograron una rebaja.

LAS ENTREGAS La negociación pudo producirse porque la esposa de Arzak es familiar de Beotegi. Ese contacto permitió que Arzak y Subijana hicieran un pago de 36.000 euros (unos 6 millones de pesetas) y se comprometieron a pagar los otros 36.000 euros restantes en plazos de 6.000 anuales. El etarra aseguró ante el magistrado que esos cocineros le entregaron ese dinero y que desconocía si Arguiñano y Berasategi habían pagado.

Berasategi fue el único de los cuatro cocineros que negó "rotundamente" esta acusación. El restaurador declaró a Vasco Press que nunca había pagado a ETA ni había recibido carta alguna de la organización terrorista exigiéndole que abonara el llamado impuesto revolucionario .

El chef explicó: "Somos cocineros que sólo sabemos comer y trabajar y hacer feliz a la gente que viene a nuestro restaurante". Además, apuntó que había hablado con los otros cocineros y que estaban igual de indignados que él. "Yo he hablado porque como tengo carácter, me gusta aclarar las cosas", apostilló.

LA RESPUESTA DE ARGUIÑANO Por su parte, el responsable de prensa de la empresa productora de Arguiñano, José Antonio Cantalapiedra, explicó a este diario que el cocinero le había comentado que no sabía nada sobre la información. "Me ha dicho que no tiene nada que decir, que él sólo habla de cocina". Arzak y Subijana no respondieron a las llamadas telefónicas de este diario.

Estos supuestos pagos no estaban incluidos en la investigación que tramita el juez Baltasar Garzón sobre la trama de extorsión de ETA. En esa investigación se ha establecido que la banda recaudó entre 1998 y el 2002 de 9 a 6 millones de euros de un mínimo de 200 personas que fueron extorsionadas.

CRIMEN EN EL 2001 Los cocineros vascos fueron duramente criticados en el 2001 por no haber condenado el asesinato del cocinero de la Comandancia de Marina de San Sebastián Ramón Díaz. Martín Berasategi defendió, tres meses después del crimen, en una entrevista en este diario, a los chefs . "Los cocineros llevamos una trayectoria impecable. Hay cosas en cocina que no se pueden explicar por escrito", dijo.