Madrid. -- El etarra Javier García Gaztelu, Txapote, ha vuelto a protagonizar un enfrentamiento con el tribunal, presidido por Alfonso Guevara, que ha finalizado siendo el acusado esposado y escoltado por un policía, al igual que sus dos compañeros de banquillo, Aitor Aguirrebarrena y Asier Arzalluz, juzgados en la Audiencia Nacional por el atentado contra la discoteca Txitxarro, en Guipúzcoa, en el año 2000, y por lo que se enfrentan a 44 años de cárcel cada uno.En los otros tres juicios que se han celebrado contra Txapote en poco más de un mes -por el asesinato de los concejales del PP José Luis Caso y Miguel Ángel Blanco, y por el del dirigente socialista Fernando Múgica-, el etarra se ha encarado con el tribunal negándose a declarar, insultándole y no reconociéndole.En esta ocasión, Txapote se ha levantado y mirando al tribunal ha dicho que "nunca" iba a aceptar a este juzgado. "No vamos a formar parte de este teatro", ha recalcado. En ese momento, el magistrado le ha pedido a la intérprete que no siguiera traduciendo lo que decía. "Que entre la fuerza pública, les espose y les separe para que no hablen y al menos atiendan al juicio, como es su obligación", ha exclamado Guevara.EsposadosAsí, tres policías han entrado al habitáculo donde se encontraban los acusados y colocándoles lo más separado posible les han esposado y les han escoltado durante toda la vista oral.En este punto, la abogada de los tres procesados se ha dirigido al presidente de la Sala para manifestar su desacuerdo por la medida. "Pero, ¿qué han hecho para que se les espose?", ha subrayado. Después de estas palabras, el juez ha deducido el testimonio de la letrada al Colegio de Abogados por cuestionar las decisiones del tribunal.Posteriormente, y por instrucciones de Txapote, Aguirrebarrena y Arzalluz se han negado a declarar y se han opuesto a "formar parte de este circo".Uno de los testigos principales ha sido el etarra José Ignacio Guridi Lasa -ya condenado por estos hechos-, quien se ha negado a declarar, a pesar de estar obligado por acudir en calidad de testigo. Cuando los dos agentes le han colocado ante el tribunal se puso de cuclillas como falta de respeto a los tres magistrados y ha escuchado las preguntas del fiscal en esta posición."Matar y callar"Después de la declaración de once erzaintzas, ha sido interrogado el propietario de la discoteca, Narciso Korta, quien ha recordado que después del atentado la sala estaba destrozada, y tuvo que ser demolida. A preguntas del fiscal Jesús Alonso, el empresario ha manifestado que a su manera de ver la razón del atentado fue por "venganza".Así, ha explicado que un mes antes del atentado, ETA había asesinado a su hermano, el presidente de la patronal guipuzcoana Adegi, José María Korta, en Zumaia (Guipúzcoa) el 8 de agosto de 2000, y cuando vieron que la familia comenzó a movilizarse para averiguar el asesinato hicieron explotar la discoteca. "No cumplimos la norma de matar y callar", ha destacado.De esta manera, ha indicado que en un principio se dijo que el motivo fue un asunto de drogas, algo que el propietario ha desmentido rotundamente. También ha negado que fuera por un tema relativo al impuesto revolucionario porque a él nunca se le ha pedido porque "no somos personas adineradas". "Fue por venganza y creo que es justo que alguien me pague lo que se hizo", ha añadido.Como testigos protegidos ha acudido la pareja encargada de la limpieza de la discoteca que fueron raptados por los etarras, trasladados en coche a un bosque y amordazados contra un árbol hasta que dos horas después fueron rescatados. Según han explicado, el 10 de septiembre del año 2000 estaban limpiando cuando dos personas encapuchadas les dijeron que eran de ETA y que si no hacían nada les dejarían en paz. "Nos dijeron que iban a volar la sala; nos montaron en nuestro coche, nos ataron y nos llevaron al monte, donde nos ataron otra vez", ha señalado el marido.'Comando Ttotto'En su informe definitivo, el representante del Ministerio Público se basa en la declaración de Guridi ante el Juzgado cuando fue detenido para asegurar que Txapote fue la persona que ordenó al resto de los miembros del comando Ttotto la comisión del atentado contra la discoteca Txitxarro, y fue el encargado de suministrar el material explosivo para la comisión de la acción. A su juicio, con este atentado, los acusados mostraron su "inhumanidad", con la intención de hacer el "máximo daño posible", dejando abandonados a los dos limpiadores en un campo.Antes de quedar el juicio visto para sentencia, la abogada de los acusados ha rechazado realizar informe porque sus defendidos no reconocen al tribunal y ha denunciado que durante la vista oral se han vulnerado los derechos humanos de los procesados, siendo esposados, al igual que el derecho de defensa. "Por todo esto, se tomarán las medidas oportunas", ha apuntado.