El resultado de las elecciones de este domingo en Andalucía marcará las estrategias de los partidos políticos a corto y medio plazo. Y no solo las de las formaciones que se presentan a esos comicios. También afectarán a los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos.

Los ciudadanos de esa comunidad tendrán la oportunidad de juzgar en las urnas los grandes cambios que ha vivido España en los últimos meses: el final del 155, el triunfo de Pedro Sánchez en la moción de censura, su alianza con los soberanistas para poder llegar a la Moncloa, la renovación del PP con Pablo Casado y el vigor real de la formación ultraderechista Vox. Todos los partidos quieren sacar buena nota en este examen, porque apenas queda medio año para las municipales, autonómicas y europeas, y saben que el presidente del Gobierno podría, además, convocar las generales en torno a marzo si le interesa.

Sánchez, "preocupado"

Todas las encuestas, incluida la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dan por hecho que Susana Díaz (PSOE) ganará la contienda, pero necesitará el apoyo de Ciudadanos o Adelante Andalucía (la coalición de Podemos e IU) para ser investida. El miedo de la actual presidenta es que el bloque de la derecha, en el que se incluyen PP, Cs y Vox, sumen un escaño más. Solo uno. En ese caso, el líder de los naranjas, Albert Rivera, ha dejado dicho que apostará por el cambio y por airear la Junta, donde los socialistas llevan gobernando ya 37 años. Casado también ha asegurado por adelantado que no tendrá problemas en pactar con el partido de Santiago Abascal, exdirigente del PP vasco. El sucesor de Mariano Rajoy ha radicalizado sus argumentos para frenar a un Vox al que el CIS dio solo un escaño, pero otras encuestas otorgaron hasta 4. El jefe del Ejecutivo afirmó este sábado desde Argentina, donde participó en la cumbre del G-20, que está "preocupado" porque el PP y Cs "se vean arrastrados" a un discurso "cada vez más extremista y excluyente" que no representa "el centro-derecha español".

Menos coincidencias ha habido en los sondeos para fijar la segunda posición. Rivera y Casado se juegan en ese examen partir con más o menos ventaja ante las próximas convocatorias electorales. Los dos se han implicado de manera extenuante en esta campaña aunque el líder del PP se juega mucho más que el de Ciudadanos. Las encuestas señalan que es probable que los naranjas doblen los 9 escaños con los que cuentan ahora. Los populares, por el contrario, caen en todos los sondeos. Casado tendrá fácil que su candidato a la Junta, Juanma Moreno, asuma la responsabilidad de un mal resultado, pero también sabe que se empezará a decir que el efecto Casado no es tal.

En el caso de que al PP le vaya mal, sea porque Ciudadanos logra el sorpasso o sea porque Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, consigue esa ansiada segunda posición, Sánchez tomará nota de la debilidad de los populares. Ese hecho junto con la marcha de la economía y la evolución del procés y la huelga de hambre de los presos serán claves para decidir la posible convocatoria de las generales. Y en la Moncloa suponen que, con ese escenario, el PP dejaría de pedir elecciones anticipadas.

Los Presupuestos del 2019

Si, por el contrario, las derechas, como decía Díaz, suman mayoría, independientemente de lo que pase en cada partido de ese bloque, los que confirmarán acuse de recibo serán ERC, PDECat y el PNV. Estas tres formaciones podrán empezar a asumir que quizás deban facilitar la elaboración de los Presupuestos del 2019 para alejar las urnas de las generales y el riesgo de que populares, naranjas y quizás Vox revaliden ese triunfo en toda España. Siempre puede ser mejor para Catalunya con un Gobierno del PSOE y Podemos que otro del PP y Cs, ha dicho en más de una ocasión Joan Tardà (ERC). Si el socialismo sale de la Junta por primera vez en casi cuatro décadas, los independentistas deberían empezar a hacer buena esa frase de Tardà, opinan en la Moncloa.

Sánchez ha evitado negociar los Presupuestos con sus socios de la moción de censura, salvo Podemos, antes del 2-D para no dar más argumentos en esta campaña a las derechas contra sus supuestos pactos ocultos con los independentistas.

El votante de último minuto será determinante para decidir cómo queda el mapa. El CIS señaló en su encuesta del pasado día 15 que el 26% (1,7 millones de andaluces) no sabían a quién elegir. En sus manos está el resultado de este examen global.