El tripartito no dio una imagen de coherencia interna. Maragall reiteró que exigía a Carod que presentara excusas a Cataluña "por haber utilizado su nombre en una iniciativa personal que no compromete a nadie más que a él". Y añadió que debería hacer llegar "su valoración" (el martes habló de "pedir excusas") de los contactos con ETA a "las instituciones españolas, porque tanto si gusta como si no quien las gobierna y cómo las gobierna, representan a un pueblo que ha sufrido".

La respuesta de Carod no se ajustó a las demandas. Lamentó haber perjudicado al Ejecutivo, proclamó el rechazo a la violencia y mostró su solidaridad con las víctimas, pero obvió toda referencia a "las instituciones españolas". Otro motivo para la divergencia fue el anuncio de la dimisión de Carod como conseller sin cartera. Maragall anunció que se produciría ayer. Los republicanos, que quieren demostrar que es una dimisión y no un cese, no ocultaron su disgusto por este anuncio.