Los explosivos empleados en el 11-M fueron sustraídos por tres trabajadores de la mina asturiana Conchita a lo largo de los meses de enero y febrero de este año, según fuentes de la investigación. Los tres autores del robo fueron detenidos el miércoles junto a otras tres personas, entre ellas la mujer del exminero José Emilio Suárez Trashorras, encarcelado como coautor de los atentados.

Fuentes policiales han explicado que Javier González, el Dinamita , Rubén Iglesias e Iván Granados fueron los encargados de sustraer los paquetes de explosivos. Cada partida pesaba entre 20 y 40 kilos y era almacenada en un zulo. Los tres contaron con la ayuda del capataz de la explotación, Emilio Llano, que falsificó el libro de registro de explosivos controlado por la Guardia Civil.

LAS BOMBAS Los otros detenidos son la mujer y el cuñado de Suárez, Carmen Toro y su hermano Antonio. Fuentes policiales no descartan que alguno de los arrestados viajara a Madrid y que hubiera estado en la casa de Morata de Tajuña donde se prepararon las bombas.

Tres de los detenidos, que comparecerán ante el juez Juan del Olmo el próximo lunes, fueron confidentes del inspector jefe de estupefacientes de Avilés (Asturias), Manuel García Rodríguez.

EL ENGAÑO Este agente engañó a la mujer del exminero cuando le llamó tras los atentados de Madrid. Carmen Toro se puso en contacto con él y le dijo: "Manolo, creo que la hemos cagado". El policía le respondió: "Puedes estar tranquila, los atentados son cosa de ETA", según publicó ayer El Mundo .

Por otro lado, Rabei Osmán Sayed, Mohamed el Egipcio , detenido el lunes en Milán, se negó ayer a declarar ante una juez italiana, que le envió a prisión. La magistrada le leyó las grabaciones que le ha hecho la policía. En ellas, el Egipcio confiesa haber planificado el atentado de Madrid y que preparaba otro en el metro de París. El otro detenido, Yahia Muad Mohamed, negó los cargos.