Los psicólogos que atienden al menor Gabriel M. han establecido que su entorno familiar y social le resulta perjudicial. Los expertos han desvelado que el padre del joven está en prisión y que es drogodependiente. La madre ha intentado mantener unida a la familia pero, a pesar de las ayudas sociales que ha recibido, no lo ha conseguido. La mujer tiene cinco hijos. Además, han dictaminado que Gabriel tiene miedo a la figura paterna, no respeta la figura de su madre y no tiene establecidas pautas sociales.

El menor se fue alejando de su familia y comenzó a delinquir a muy temprana edad. Sin embargo, su madre rechaza que sea un delincuente, miente por él --asegura que ha dormido todas las noches en casa cuando el menor ha declarado lo contrario-- y culpa a sus amistades de los actos delictivos del joven.

En el centro de internamiento Gabriel ha conseguido superar en parte sus problemas, según los expertos que se han encargado de atenderle. Cuando fue internado, el pasado mes de junio, fue sancionado en varias ocasiones por insultar a varios de los funcionarios. No obstante, desde hace poco tiempo ha cambiado de actitud y después de negarse a estudiar la educación obligatoria, se ha apuntado a un curso para aprender carpintería.

Desde ese momento, el menor ha empezado a evolucionar favorablemente, según los técnicos. Los expertos consideran que su recuperación es posible.