Los Reyes ya están en Cuba en la primera visita de Estado de un monarca español a la isla. Poco después de las siete y media de la tarde del lunes en el aeropuerto José Martí de La Habana, unos minutos después de que tomara tierra un avión de la Fuerza Aérea Española, Felipe VI y Letizia han descendido por la escalerilla y han sido recibidos al poner pie en la isla por el canciller de Asuntos Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, iniciando así un viaje de claro carácter histórico y cargado de intención.

Gestada en solo un año, desde que la acordaron el pasado noviembre los presidentes Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel, y terminada de organizar el mes pasado en un viaje del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que acompaña en este viaje a los Reyes, la visita de Estado representa el fin de la “anomalía histórica” de que ningún monarca de la corona española hubiera puesto pie en la que fue una de sus colonias durante cuatro siglos, hasta 1898. Y además de señal de normalización de relaciones que ha buscado el Ejecutivo, llega en un momento importante, tanto para la comunidad civil y empresarial española como para Cuba.

EMBARGO ENDURECIDO, SITUACIÓN DETERIORADA

Las consecuencias del endurecimiento del embargo impuesto por Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump son evidentes en la isla y algunas de las mejorías que se empezaron a sentir cuando Barack Obama decidió iniciar el acercamiento se han desvanecido. Este mismo lunes, en La Habana, los “problemas de comunicación” tumbaban o dificultaban algunos servicios bancarios o de telefonía. Y más de un habanero habla sin tapujos, si se le pregunta, del deterioro de la situación, aunque con esa resiliencia que en esta isla parece parte del adn.

Felipe llega, además, cuando la aplicación desde Washington del título III de la Ley Helms Burton ha permitido que empiecen a presentarse demandas en EEUU contra empresas o personas a las que se acusa de “traficar”. Entre los afectados hay numerosos empresarios españoles, especialmente pero no solo del sector hotelero, y sus preocupaciones las podrá escuchar de primera mano el monarca en un almuerzo el miércoles, cuando también tendrá un encuentro con diversas figuras destacadas de la sociedad civil cubana.

Será también el miércoles cuando haya oportunidad de escuchar dos discursos del Rey, uno en una recepción que se ofrece en el Gran Teatro Alicia Alonso a la colectividad española, y por la noche en otra cena en el palacio de los Capitanes Generales que la corona ofrece a más de 100 invitados y a la que asistirá Díaz-Canel. No está previsto que el presidente cubano hable públicamente en ninguno de los actos junto al monarca pero todas las palabras de Felipe VI serán escrudriñadas y analizadas al milímetro, incluyendo o especialmente por quienes critican que no se haya incluido en la agenda del Rey ningún encuentro con disidentes, una decisión que desde el Ejecutivo se explica recordando que “el Rey no hace política”.

Los actos institucionales, no obstante, empiezan este martes, cuando los Reyes realizarán una ofrenda floral en el monumento de Martí en la Plaza de la Revolución. Allí se realizará el recibimiento con honores y se escucharán los himnos de los dos países cuando los Reyes sean recibidos en el Consejo de Estado por Díaz-Canel. El monarca luego mantendrá una reunión y asistirá con el presidente cubano a la firma de un acuerdo marco en materia de colaboración. La reina Letizia, mientras, se desplazará para una visita junto a la esposa del presidente cubano, Lis Cuesta, a la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos y a las obras de restauración del Convento de San Francisco, ambas fundadas con el apoyo de la cooperación española.