Las expectativas generadas en torno al discurso del rey Felipe VI esta Nochebuena se saldaron con una vaga referencia a Juan Carlos I en los últimos minutos de una alocución que estuvo centrada en las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Pese a las numerosas noticias sobre la fortuna oculta de su padre acumuladas durante este 2020, el jefe del Estado prefirió hacer una defensa general de los “principios morales y éticos” que los ciudadanos reclaman y que, aseguró, obligan “a todos sin excepciones”. “[Esos principios] están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares”, afirmó como única alusión a la presunta corrupción de Juan Carlos I.

Varios miembros del Gobierno, entre ellas la vicepresidenta, Carmen Calvo, aseguraron que el discurso estaría “a la altura” de lo que la opinión pública esperaba. Y entre esos mensajes y el ala morada del Ejecutivo pidiendo la república y denunciando sin cortapisas las actividades privadas de Juan Carlos, la perspectiva de un discurso trascendental había calado. Sin embargo, por ahora, y sin que se le haya abierto ninguna causa judicial en su contra, Felipe VI considera suficiente la censura pública que ha hecho de su padre: empezó con la renuncia a la herencia, en marzo; continuó con la negociación para que se ‘exiliara’ en Emiratos Árabes Unidos en agosto y se remató este mes con las indicaciones que, según supo este diario, le mandaron tanto el Gobierno como la Zarzuela para que no volviera a España por Navidad.

Después de ese párrafo en el que pasa de puntillas por la situación del emérito, el Monarca aseguró que “el espíritu renovador” inspira su reinado “desde el primer día”. Sin embargo, su hoja de servicios señala que no ha tomado ninguna decisión para mejorar la transparencia de la institución desde las iniciativas que aprobó en su primer año en el trono, cuando prohibió, por ejemplo, que la familia real a partir de 2015 pudiera recibir regalos de dinero, algo que su padre ha incumplido. Juan Carlos I pagó este mes a Hacienda 678.393 euros, para tratar de neutralizar la investigación fiscal abierta por el dinero que le había proporcionado el millonario Allen Sanginés-Krause.

Reconocimiento a los sanitarios

Felipe VI dedicó la mayor parte de su alocución a la pandemia. Empezó mandando un mensaje de “ánimo y afecto” a las familias que han perdido seres queridos por el covid-19 y a los que luchan contra la “enfermedad o sus secuelas”. El Rey apeló a la responsabilidad individual para atajar el virus y celebró la gran esperanza que suponen las vacunas. A los sanitarios les agradeció su “extraordinaria profesionalidad y su gran humanidad con los enfermos” y les pidió que “mantengan todo el ánimo y la fortaleza”. En ese contexto, mostró su preocupación por la “crisis tan seria” que los españoles están viviendo y la necesidad urgente de evitar que derive en “una crisis social”.

Pese a todo, el Monarca trató de insuflar ánimo y aseguró que ha visto a “una sociedad que se ha sentido más unida que nunca en su lucha”. En esta parte más optimista señaló la “oportunidad histórica” que supondrán para la modernización de la economía los fondos que llegarán de la Unión Europea.

El respeto “a las diferencias”

El jefe del Estado también evitó hacer cualquier apunte directo sobre las cartas que recibió de exmilitares que alertaban del “deterioro” de la “cohesión nacional” y señalaban como culpable al Gobierno PSOE-Podemos. En un pasaje de su intervención, destacó que las fuerzas armadas, como los cuerpos de seguridad y otros servidores públicos, han demostrado “su vocación de servicio y su plena sintonía” con la sociedad española, en una frase que puede verse como un distanciamiento de los que anhelan tiempos pasados.

Con “tanta incertidumbre” a nuestro alrededor, añadió después, lo mejor es apoyarse en la Constitución, que “todos” deben cumplir. Aludió a la transición y al gran pacto entre diferentes que supuso para reclamar que ese “respeto a la pluralidad y a las diferencias” y “la capacidad de dialogar y alcanzar acuerdos” no pierdan vigencia con el paso de los años. Una referencia que en el Ejecutivo se podrá interpretar como una pulla a PP y Vox, que han cargado contra los pactos alcanzados con ERC y Bildu.