La Fiscalía Anticorrupción, contraria a la imputación de la infanta Cristina que hoy resolverá la Audiencia de Palma, tiene intención de citarla como testigo en el juicio del caso Nóos, ya que la considera responsable civil subsidiaria por haberse lucrado de parte de los fondos que su marido, Iñaki Urdangarin, supuestamente habría defraudado a través de su sociedad Aizoon. Por este motivo, le reclama una fianza de más de medio millón de euros, a la que deberá hacer frente con su esposo.

No obstante, la presencia o no de la hermana del Rey en el juicio y, sobre todo, en condición de qué tiene muchas variables. La incógnita de mayor calado se despejará hoy, a partir de las 12.30, hora a la que la Audiencia ha convocado a las partes para comunicarles su decisión sobre los 14 recursos de apelación presentados contra el auto de cierre de la investigación del juez José Castro. Los magistrados de la Sala de la Sección Segunda, Diego Goméz-Reino, Mónica de la Serna y Juan Jiménez, desvelarán si se alinean con las tesis del juez Castro y la acusación popular Manos Limpias, que ven dos delitos fiscales y blanqueo de capitales en el comportamiento de Cristina de Borbón o, si por el contrario, la exoneran, como propugna su propia defensa y la Fiscalía.

LA 'DOCTRINA BOTÍN'

También cabría una imputación parcial. De mantenerse el blanqueo, fuentes judiciales señalan que iría al banquillo, mientras que si prosperan los delitos fiscales cabría la posibilidad de que se librara del trance por la doctrina Botín, llamada así porque permitió al banquero eludir un juicio por delitos fiscales al pedirlo solo la acusación popular, como ocurre en Nóos con la infanta.

Si no prosperase ninguna imputación, podría igualmente tener que comparecer en el juicio, puesto que Horrach la incluirá en la lista de las 10 personas a las que reclamará responsabilidad civil. El fiscal argumenta que Cristina no estaba al corriente de la gestión, pero sí se benefició de los fondos defraudados por la trama Nóos a través de Aizoon. La investigación ha acreditado que la sociedad sufragó la reforma y decoración de su casa de Pedralbes y numerosos gastos personales, como fiestas, viajes, restaurantes, ropa y hasta clases de salsa y coaching.