En la línea que marcó su abogado defensor en la primera sesión del juicio, el 'exconseller' de Interior Joaquim Forn se ha desmarcado de la estrategia política del líder de ERC, Oriol Junqueras. Por eso, él sí accedió a responder a la fiscalía y la abogacía del Estado. Al responder al fiscal Fidel Cadena aseguró que cuando el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, le propuso ser 'conseller' de Interior, le dijo que compartía con él "el compromiso del referéndum", pero que habría requerimientos judiciales que serían cumplidos por los Mossos d'Esquadra, que no "recibieron nunca instrucciones políticas".

Ante el tribunal que juzga a los 12 líderes del 'procés' acusados de rebelión, sedición, malversación y desobediencia, aseguró que la respuesta de Puigdemont fue que no se "preocupara". Y así sostuvo que actuaron los mossos. "Ningún acto de los mossos fue contrario a la Constitución", aseguró para separar su compromiso político que emana del Parlament y del Govern y otra las competencias que ejercían "a la perfección" los Mossos, cumpliendo todos los mandamientos judiciales.

"Una cosa es mi compromiso político y otra las competencia de los Mossos de dar cumplimiento a las órdenes judiciales. Los mossos no recibieron nunca instrucciones políticas, aseguró para sacar de la cúpula política del cuerpo al mayor Josep Lluís Trapero, acusado de rebelión en la Audiencia Nacional.

RIFI-RAFE CON EL FISCAL

El fiscal le insistió en que el 20 de septiembre que hizo 18 llamadas al entonces presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, lo que fue respondido con contundencia por Forn. "Eso pueden ser intentos de llamadas, no que hablara. Hablar serían tres o cuatro veces". Señaló que como lo conocía pensó que era "una persona que podía ayudar en la mediación y reconducir la situación" que se había producido con la concentración que se había creado contra los registros que se desarrollaba en la Conselleria de Economía.

Y las preguntas relativas a cómo tuvo que salir la secretaria judicial del 13, que encabezaba la comisión judicial enviada a hacer los registros, por la azotea del edificio, le llevó al 'exconseller' a calificar los relatos del fiscal de "un poco peliculeros". Negó que se intentara tirar abajo la puerta del edificio, defendió que el pasillo para que saliera la comisión lo hicieran miembros de la ACN y atribuyó a la Guardia Civil la "responsabilidad" de dejar sin custodia las armas que había en los vehículos.

Durante su interrogatorio el presidente del tribunal, Manuel Marchena, tuvo que volver a actuar. En esta ocasión tuvo que llamar al orden al público que sigue el juicio desde la sala de vistas, porque las palabras del acusado no pueden acompañarse de "gestos de aprobación o desaprobación".