Arde Galicia. O mejor dicho, puesto que la mayoría de focos han sido provocados, queman Galicia. Cerca de 100 incendios siguen activos de manera simultánea en la región. Ya han perdido la vida cuatro personas y decenas han resultado heridas. Muchas zonas rurales ya exhiben un aspecto lunar tras el avance de las llamas. Son áreas escasamente pobladas en las que poco o nada se ha podido hacer para evitar el avance del fuego.

Pero hay muchos otros lugares en los que el trabajo de los vecinos está siendo vital para evitar que muchas personas pierdan sus casas, sus tierras. Las fotos así lo atestiguan. Cadenas humanas en la calle, en el campo; con un mismo hilo argumental: centenares de gallegos pasándose cubos de agua para achicar los incendios que, desgraciadamente, y demasiado a menudo, históricamente se han cebado con esta comunidad autónoma.