Por decimoquinta vez, Manuel Fraga clausuró ayer un congreso del PP. Lo hizo con un nuevo alarde de conocimientos sobre historia y teoría política, con una dicción cada vez más cerrada, con elogios a José María Aznar y con expresiones de lealtad a Mariano Rajoy. Al nuevo presidente del partido le ofreció su "renuncia incondicional" a todos los cargos que desempeña. Eso sí, sólo "si fuera necesario".

"Rajoy es nuestro líder, nuestro árbitro y nuestro presidente, al que le debemos toda lealtad y colaboración. Yo le ofrezco incondicionalmente, al precio de cualquier renuncia, si necesario fuere, la mía y la de cuanto yo presento", enfatizó Fraga en su intervención como presidente fundador del partido. Hace 14 años, cuando cedió el poder a Aznar, lo que hizo fue romper teatralmente la carta de dimisión sin fecha que éste le había entregado.

"ESPAÑA LA GRANDE" El presidente gallego llamó a la unidad del partido en torno a Rajoy, a quien animó a "servir a España y los españoles por encima de todo". Y es que, en su opinión, el desafío de los populares es "luchar juntos por España y por cada una de sus tierras". También se felicitó de que el partido haya ratificado su apoyo a "España la importante y España la grande". Ni una palabra salió de sus labios sobre la crisis del partido en Galicia.