LAS AUTORIDADES francesas se mostraron ayer reticentes ante la petición española de que la futura Constitución de la UE reconozca un estatuto especial a las lenguas regionales, como el catalán, el gallego y el euskera. El ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, afirmó en Bruselas que se debe "evitar la reapertura de asuntos difíciles". E. O.