«Si hay una tierra y una acción socialista que me llenen de orgullo, esa es Andalucía y Susana Díaz». El líder socialista, Pedro Sánchez, no pudo volcarse más ayer para arropar a la candidata a la reelección. En un multitudinario mitin en Marbella (Málaga), el presidente puso como ejemplo diversas medidas en educación y sanidad desplegadas por el PSOE andaluz y anunció que las incorporará a su plan de Gobierno, asegurando, de paso, que piensa «aguantar» porque hay «mucho que hacer antes de convocar elecciones». Los socialistas andaluces no podían disimular su entusiasmo por el apoyo demostrado por Sánchez en la recta final de campaña y su apelación a una movilización masiva para frenar la amenaza de la ultraderecha, esbozada durante todo el acto. «Tenemos que votar al PSOE para dejar con la miel en los labios a las derechas, cuya única propuesta es sumar para bloquear», aseguró. Minutos antes se mostró «preocupado» porque formaciones como el PP pero también Vox hayan agitado «el espantajo de la inmigración, la recentralización, o la frivolidad con la violencia de género». Sánchez no dudó en atizar a tanto a PP como a Cs por ese acercamiento. «Uno mira para el otro lado y el otro se ha entregado completamente», reprochó.

Sánchez presumió de que es un Ejecutivo socialista el que ha empezado a hacer políticas migratorias, inexistentes con el mandato de Mariano Rajoy. Y aseguró que, mientras siga al frente del Gobierno, «no se va a producir» esa recentralización de sectores como la educación.

Entre el trabajo que dijo que le queda por hacer, Sánchez se refirió a la implantación de la educación gratuita y universal de 0 a 3 años y la casi gratuidad de las matrículas universitarias. También confirmó que este viernes el Consejo de Ministros aprobará la propuesta para la reforma constitucional en la parte referida a los aforamientos de los cargos públicos.