La furgoneta con más de media tonelada de explosivos de ETA que interceptó en Cuenca la Guardia Civil el 29 de febrero hizo la mayor parte del trayecto hacia Madrid por carreteras aragonesas, reveló ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

El conductor de la furgoneta, Gorka Vidal, y el piloto del coche que hacía de lanzadera, Irkus Vadillo, reconocieron a la Guardia Civil que, tal y como llevaban marcado en un mapa de carreteras, habían acordado ponerse en contacto al pasar por Binéfar, Albalate de Cinca, Alcolea de Cinca, Mequinenza y Alcañiz antes de salir, siempre por carreteras secundarias, hacia Madrid por Molina de Aragón, Villar de Domingo y Horce (Guadalajara).

La caravana, que entró en España por Puigcerdá (Gerona) y cruzó la provincia de Lérida en diagonal antes de dirigirse a Binéfar por Balaguer y Alfarrás, la integraban dos miembros legales del comando Gaztelu de ETA. Salieron de una localidad del sur de Francia a las ocho de la tarde del sábado 28 de febrero con 506 kilos de cloratita, 30 de dimanita Titadyne y 90 metros de cordón detonante. La furgoneta, robada tres meses antes en Francia, y la lanzadera iniciaron la ruta a las nueve de la noche del 28 de febrero. Caían siete horas más tarde, tras sufrir un accidente.