El juez Baltasar Garzón relató ayer ante la comisión de investigación del 11-M el estado de confusión sobre la autoría del atentado que vivió la mañana de la matanza. El magistrado explicó que en un primer momento creyó que se trataba de una acción del terrorismo islamista, pero que luego, a la luz de las primeras informaciones, apostó por ETA. Pocas horas después, sin embargo, volvió a la inclinarse por la opción integrista. La policía le comentó la noche del 11-M, que estaban abiertas dos líneas de investigación, pero que la islamista tomaba consistencia.

El juez explicó que inicialmente atribuyó la autoría al terrorismo internacional por la envergadura del atentado; el número de personas que debían haber participado, entre 10 y 15; y la ausencia de aviso previo a la explosión. Su opinión cambió a las 12.20 de la mañana, cuando un policía --cuyo nombre no recordó-- le comentó en Atocha que el explosivo empleado era Titadyne, utilizado por ETA desde el 2000. Una versión que le corroboraría una hora después el entonces número dos de la policía, Pedro Díaz-Pintado.

Esta información le llevó a pensar que, pese a sus reflexiones previas, ETA podía ser la autora de la matanza, ya que recordó que la etarra Belén González Peñalba había dicho en 1984 que la organización terrorista estaba dispuesta a poner 100 muertos en Madrid para forzar la negociación. El magistrado relató que poco después se reabrieron sus dudas al ser informado de que había aparecido una furgoneta robada en Alcalá de Henares.

METODOLOGIA ETARRA El vehículo había sido robado a finales del mes de febrero, no tenía las matrículas falsificadas y no contenía una bomba trampa. Ese hallazgo, según su versión, le "descolocó", ya que no respondía a la forma de actuar de ETA. Además, el exportavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, ya había negado que ETA tuviera nada que ver con la masacre. "Otegi no suele mentir en estas cuestiones", agregó.

El juez mantuvo sus dudas hasta que se enteró de que había sido localizada una cinta con versos coránicos en la furgoneta, tras escuchar la comparecencia del exministro del Interior, Angel Acebes, a las 20 horas. "Llamé entonces al excomisario de Información Jesús de la Morena y me dijo que lo sabían desde las 15.30 y que habían informado al ministro del Interior a las 16.25", explicó. Y añadió: "Le pregunté qué opinaba y me dijo que él no tenía pruebas, pero que se inclinaba por el terrorismo islamista". Después, el magistrado habló con Díaz-Pintado. "Me dijo que la investigación estaba al 50% y le pregunté: ¿Pero más al norte o al sur?, y me contestó que apuntando al sur".

LOS DETONADORES A partir de ese momento, el juez no tuvo dudas y ratificó que al día siguiente la policía le confirmó que los detonadores no eran los usados por ETA.

El magistrado aseguró que con esos datos no habría atribuido la autoría a ETA, como hizo Acebes. "Si yo hubiese tenido que dar la información, no lo habría hecho, pero si él Acebes lo hizo es porque estaba convencido de que era así", dijo.

Garzón ofreció a los diputados un curso avanzado sobre terrorismo islamista. Les explicó que, hasta el 11-M, España era un país de avituallamiento para Al Qaeda. "Aquí conseguían pasaportes y financiación", dijo. Además, tras los atentados del 11-S, la situación internacional cambió. Pero hubo imprevisión, porque "poca gente pensaba que se iba a producir una carnicería semejante".

ETA Y LOS ISLAMISTAS Además, afirmó que los islamistas no querían cambiar el signo político del país en las elecciones del 14-M. "Buscaban poner en cuestión el sistema", apostilló. Y afirmó que es "metafísicamente imposible" una colaboración entre ETA y los islamistas.