El Gobierno ya ha elegido socio preferente para empezar a negociar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021. Es Ciudadanos. No ERC. No se cierra la puerta a la interlocución con la formación independentista, pero el Ejecutivo es consciente de la dificultad, en el prólogo de una larga contienda electoral en Catalunya, y ya no oculta que todos los esfuerzos están volcados en la formación de Inés Arrimadas, a la que "agradece" su disposición a buscar un "entendimiento" en torno a la ley sobre la que depende la continuidad de la legislatura.

Ya en las últimas semanas se había afianzado en la parte socialista del Ejecutivo que las cuentas de 2021 solo podrían salir con la ayuda de Cs, dado el rechazo rotundo de ERC. Pero Unidas Podemos se declaró el viernes "incompatible" con los liberales, una afirmación severa que sorprendió a los socialistas. Pero de esa montaña los morados fueron bajando escaños. Finalmente, y tras una conversación entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez el lunes, llegaron a un principio de acuerdo: los dos socios negociarán primero un borrador y lo ofrecerán a los grupos. Además, Unidas Podemos se sentará a la mesa con los partidos (incluido Cs), en pie de igualdad con el hermano mayor de la coalición. Pero esos Presupuestos, aparte de "progresistas", serán "no excluyentes", en palabras de Sánchez en la SER este martes, y por ello no contendrá aspectos que, de entrada, dificultarían la aproximación con Cs, como la subida fiscal prevista en el acuerdo firmado en diciembre por ambos líderes.

Los Presupuestos fue la materia sobre la basculó casi en su integridad la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. La titular de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, dejó primero claro que el borrador de las cuentas será obra de los dos partidos que integran la coalición. Es más, la Moncloa anunció este martes la reunión que ella misma mantendría por la tarde con el responsable económico de Podemos y secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez.

Sánchez había advertido en la SER que, así como su Gobierno no ponía ningún veto a ninguna formación, también los interlocutores (o sea, Cs) debían asumir que enfrente tiene una coalición de dos partidos. De esta manera, a la mesa estará también Unidas Podemos. Una petición que los morados hacían tras elevar su voz este verano por las reuniones que solo la parte socialista, encabezada por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, había mantenido con Cs.

"Los Presupuestos son del Gobierno, no de la ministra de Hacienda ni del departamento. Se aprueban por el Gobierno, por lo que las dos formaciones que componen el Gobierno se tienen que considerar razonablemente cómodas siendo conscientes de que solo contamos con 155 diputados", aseguró Montero en la rueda de prensa posterior al Consejo, en la que, al igual que hiciera su jefe, adelantó que las cuentas serán "progresistas, feministas", tractoras del crecimiento económico pero también preocupadas por la "cohesión" territorial y social.

Las reuniones con los grupos serán en algunos casos presenciales, en otros telemáticas, dijo, pero en ellas estarán presentes "miembros del equipo de Hacienda y de Unidas Podemos", incluso el propio Álvarez, apuntó. Los socialistas no creen que Cs vaya a negarse a hablar por el hecho de que los morados también participen del diálogo. En ese sentido, Montero subrayó que los naranjas han dado "muestras de estar por encima de intereses partidistas" y eso le hace ser "optimista". "Sigo confiando en el interés general que defiende Cs", señaló la ministra, quien no obstante recordó a los de Arrimadas que el Ejecutivo "es de coalición" y por tanto los PGE han de ser "confortables" para los dos socios que lo integran.

A su vez, el PSOE cree posible casar los intereses de Cs y de Podemos, pese a que diverjan. Al estar "más en la centralidad" del tablero, cree que puede negociar a ambos lados aunque ello suponga más "esfuerzo de diálogo".