Los problemas competenciales entre los ministerios de Interior y de Defensa han obligado al Gobierno a aparcar la creación del mando único operativo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya creación había sido anunciada por José Luis Rodríguez Zapatero en su discurso de investidura. Fuentes gubernamentales reconocieron ayer que la implantación del mando único requiere una negociación entre los ministros del Interior, José Antonio Alonso, y de Defensa, José Bono, para aclarar sus competencias. El acuerdo se plasmará en un instrumento jurídico, probablemente una orden ministerial.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, explicó ayer, tras finalizar la reunión del Consejo de Ministros, que el mando único pretende "una mejor coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lo informativo y operativo" y que, de momento, será ejercido por el nuevo secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, con los directores de la policía y de la Guardia Civil.

La vicepresidenta también defendió el nombramiento del general del Ejército del Aire Carlos Gómez Arruche como nuevo director de la Guardia Civil. Tras avalar "la elección de un magnífico profesional que tiene todas las capacidades para el puesto" y explicar que maneja idiomas, posee mucha relación con el servicio exterior y ha mandado a grandes colectivos, dijo que su carácter militar "es una manifestación de normalidad democrática".

El nombramiento de un general del Ejército del Aire no fue bien recibido por algunos oficiales superiores de la Guardia Civil, que manifestaron en privado que lo más lógico hubiera sido nombrar a un general del propio instituto armado.

MALESTAR Y PROMESAS Entre los guardias, la designación de este oficial de la Fuerza Aérea, de 59 años, natural de Arévalo (Avila), exjefe de la Base Aérea de Albacete y jefe interino del Mando Aéreo de Levante, con sede en Zaragoza, fue interpretada como un giro hacia una mayor militarización del instituto armado. Fernando Carrillo, presidente de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), que cuenta con 22.000 afiliados, manifestó la "sorpresa y decepción" y tildó de "grave error político" la designación de un militar, con independencia de su trayectoria. El delegado de AUGC en Aragón, Jesús Molins, destacó el "talante abierto y progresista" de Gómez Arruche, pero admitió estar "algo preocupado" porque un militar ocupe la dirección de la Guardia Civil después de 18 años.

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, llamó ayer a Carrillo para asegurarle que Defensa no se hará con el control de la Guardia Civil y pedirle tiempo y confianza en las reformas prometidas por el PSOE.

La designación de un militar para mandar la Guardia Civil también causó sorpresa a algunos dirigentes socialistas, que la atribuyeron a la creciente influencia de Bono.

REACCIONES EN ARAGON En Aragón, las principales autoridades militares valoraron positivamente el talante de Gómez Arruche. El comandante militar de Zaragoza y Teruel, general Fernando Torres, destacó "la valía que ha demostrado a lo largo de su carrera". El delegado de Defensa en Aragón, coronel Salvador Abad, que compartió destino con Arruche en 1980, expresó que "su marcha es una pena para el Ejército del Aire y una buena noticia para la Guardia Civil, ya que es un hombre dialogante y asequible".