Resaca política en Madrid tras el ultimátum de Quim Torra a Pedro Sánchez. El Gobierno subraya que solo se entiende el órdago como una huida hacia adelante por la división del bloque independentista, y como el Govern continúa negociando mientras el 'president' amenaza desde el Parlament, la Moncloa no tiene claro en nombre de quién hablaba el jefe de la Generalitat. "No sé a quién representaba en esa declaración", ha planteado la ministra de Política Territorial, Mertitxell Batet, este miércoles, en un desayuno informativo.

Ha explicado que ni es una posición consensuada porque ERC no estaba informada, ni se ha roto el diálogo, porque en paralelo se estaban celebrando reuniones bilaterales entre Estado y Generalitat. "El diálogo está abierto. Los hechos nos dicen que el Govern está sentado, dialogando. Otra cosa son las declaraciones o gesticulaciones", ha explicado.

La ruptura

Fuentes del PDECat en Madrid confirman que tampoco estaban al corriente de la decisión de Torra y expresan su malestar por haber conocido el ultimátum a través de los medios de comunicació. Entienden que la rápida respuesta de la presidencia del Gobierno, con la comparecencia de la portavoz, zanjó el planteamiento del 'president'. Opinan que el mandatario catalán hizo una "huida hacia adelante" y sugieren que este paso debe contextualizarse, no ya desde la división del bloque independentista, sino desde una posible "escisión".

Esa ruptura, intuyen, podría cristalizar el próximo 27-O en el acto fundacional de la Crida Nacional per la República. "Así Torra tendría un partido, que nunca lo ha tenido", plantean.

Batet ha sostenido que la "división" del independentismo "es evidente" y dificulta que sus líderes definan un rumbo claro. Ha pedido al Govern que sean "valientes" para reconocer que la unilateralidad ha fracasado y que asuman que la respuesta pasa por la negociación. "Torra tiene que decidir si sigue representando a una minoría radical o se suma al diálogo fructífero", ha señalado.

Ante as voces que piden mayor dureza en la respuesta a Torra, la ministra ha defendido que se ha actuado con "contundencia" y que "no hace falta caer en la mala educación, ni el histrionismo, ni la grandilocuencia exagerada".

Batet, que ha descartado la aplicación del 155, ha admitido que la situación de prisión provisional de los dirigentes independentistas dificulta el avance de negociaciones. "Sería más sencillo hacer política sin esa situación de excepcionalidad".