Soraya Sáenz de Santamaría ha invitado este lunes a Carles Puigdemont a acudir al Senado y expresar en este ámbito las alegaciones que quiera aportar a la puesta en marcha del artículo 155. La vicepresidenta ha explicado que desde el sábado no ha habido ningún contacto entre la Generalitat y el Gobierno y, en su opinión, “llegado a este punto”, en el que el Ejecutivo central ha pedido a la Cámara alta el aval para cesar al ‘president’ y a el Govern, se está en "otra dinámica" y debe ser “públicamente donde si la Generalitat quiere expresar lo que tenga oportuno, pueda hacerlo”.

La vicepresidenta, en dos entrevistas, no ha querido entrar al detalle de qué pasará si antes de que el pleno de la Cámara alta, el próximo viernes, apruebe las medidas acordadas para que las instituciones catalanas “vuelvan a la legalidad”, Puigdemont convoca unas elecciones autonómicas o el Parlament declara formalmente la independencia. Sáenz de Santamaría sólo ha señalado que el 155 está ahora en manos del Senado, que tiene “capacidad de adaptarse” a los posibles nuevos escenarios en Catalunya e incluso modificar las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros del pasado sábado “hasta el final de la tramitación” del artículo. La Cámara alta “tiene capacidad de valorar las circunstancias que se vayan produciendo e introducirlas en el acuerdo”, ha remachado.

La advertencia

Eso sí, si finalmente los senadores dan su aval al Gobierno y el artículo 155 entra en vigor, ha advertido Sáenz de Santamaría, “el ‘president’ dejará de serlo cuando se publique ese acuerdo” en Boletín Oficial del Estado. Ante la posibilidad de que Puigdemont y su Govern se atrincheren e intente impedir su cese, la mano derecha de Mariano Rajoy ha avisado de que los máximos responsables de la Generalitat no están investidos “por ninguna autoridad divina” ni por la “mano de Dios”, sino porque “así lo marca la Constitución”. De ahí que, una vez de que su relevo entre en vigor, su cese será una “realidad política y jurídica […] por mucho que quieran vivir en la ficción que quieran”.

En este sentido, ha precisado que a partir de la destitución, el jefe del Ejecutivo catalán “no tendrá firma, ni podrá adoptar decisiones válidas ni ejercer sus funciones”, además de que “dejará de cobrar” y “dejará de tener lo que acompaña a un presidente autonómico”.

Mando único y cese de cargos intermedios

La vicepresidenta ha señalado además que existe la posibilidad de que el Gobierno nombre un "mando único" para dirigir la Generalitat, que es algo que Rajoy decidirá en su momento, y que también se prevé que se puedan cesar a aquellos cargos intermedios que se nieguen a aceptar la nueva realidad que marca el 155.