La salida de los niños a la calle está lejos de ser el espectáculo de magia, arcoíris, día de Reyes y algodón de azúcar que muchos previeron y con el que más de uno se habrá atragantado. Y sin embargo. A pesar de que multitud de familias han vulnerado la que era la primera medida de alivio al confinamiento, el Gobierno aprobará este martes un plan de desescalada que presentará Pedro Sánchez tras el Consejo de Ministros. El Ejecutivo trata de moverse con cautela: advierte a los padres que ponen la salud de sus hijos en peligro si no cumplen con las medidas establecidas y anuncia que reforzará la vigilancia en determinados lugares, pero consciente de la dureza de seis semanas de encierro, evita cargar las tintas contra las familias. Aún así, el plan para transitar hacia la "nueva normalidad" recibe la crítica de las autonomías, que acusan a la Moncloa de las aglomeraciones en los paseos de los niños y piden otras normas.

El Gobierno sabe que camina sobre arenas movedizas. Necesita avanzar en la desescalada, pero a cada paso se encuentra un varapalo de la derecha y otro de las comunidades autónomas. Tras el fiasco de la semana pasada, cuando anunció que los niños solo podrían salir si era para acompañar a sus progenitores a hacer la compra y se vio obligado a rectificar, esta vez el Ejecutivo ha evitado adelantar nada. Hasta que Sánchez comparezca tras el Consejo de Ministros, la Moncloa se niega a explicar cómo va a realizarse ese progresivo desconfinamiento, lo único que se conoce es lo que el propio presidente dijo el sábado: que, si todo va bien, el 2 de mayo se podrá salir a hacer algo de deporte y dar paseos breves.

Nadie se atreve a poner fecha a la reactivación de la economía por sectores. Nadie quiere anunciar un calendario. Y aunque este lunes el president valenciano, Ximo Puig, se mostró confiado en que las playas estarán abiertas en verano, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, evitó pillarse los dedos. "Dar fechas me parece aventurado", zanjó. La única pista, respecto a los sectores, la dio el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, cuando señaló que el Gobierno cree que la construcción (de nuevas viviendas sociales y rehabilitación) deberá ser el "tractor" económico de la recuperación.

Una minoría

El Gobierno no considera que la salida de los niños a las calles haya sido un fracaso, a pesar de las aglomeraciones en algunos lugares. Illa subrayó este lunes que "la inmensa mayoría de padres y madres han demostrado su responsabilidad" y llamó a la responsabilidad a quienes "hayan cometido errores o excesos". "Vuelvo a convocar a los padres para que en el futuro no se produzcan más abusos", pidió.

Lo hizo en una comparecencia junto al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, quien aseguró que el Gobierno está analizando "toda la información de esta nueva etapa" por si hay que "reforzar la vigilancia" en determinadas zonas. En cualquier caso, dijo, estará "muy vigilante" y, aunque habrá "pedagogía" no habrá "impunidad". "No nos podemos permitir ni un error. Cualquier error va a tener un alto coste en vidas humanas", recordó.

A este mensaje se unió el director del Centro de Coordinación de Emergencias, Fernando Simón, que advirtió del riesgo de no respetar las normas de la desescalada. "La población tiene que tomarse muy en serio que esto no es volver a lo que había en enero, diciembre o en el verano pasado, sino que tenemos que entender que el riesgo sigue estando ahí y puede afectarnos en cualquier momento si no tenemos cuidado", señaló.